Día del Idioma pero con pluralismo lingüístico

Columnista Invitado

En nuestro país, fue el presidente tolimense López Pumarejo, quien en 1938 instituyó el 23 de Abril como “día del idioma”, en homenaje a Cervantes.
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Y la Organización de Naciones Unidas, lo hizo en 2010, consagrando la misma fecha pero como “día de las lenguas” en homenaje al multilingüismo y la pluralidad cultural, característica típica de los Estados contemporáneos, en los que expresarse en “la propia lengua” es un derecho fundamental. Hoy, entonces, se reivindica poder hablar distintas lenguas en una misma país, como parte del pluralismo típico de los Estados que se legitiman por el respeto a los derechos y al pluralismo de todo orden.

Por ejemplo en la tierra de Cervantes el castellano continúa siendo la lengua más hablada, pero allí existen otras lenguas con el estatus de “lenguas oficiales”, como el catalán, con 7 millones de hablantes, el vasco con 500.000, así como una serie de “modalidades lingüísticas”, como el aranés, el asturiano, el aragonés, etc. Podemos hablar entonces hoy de España, como por fortuna de toda Europa, de una patria mestiza, multiétnica y pluricultural; solo así sería un orgullo hablar de “madre patria”. Gracias a la tolerancia, al respeto a la diversidad en la igualdad; a las in y emigraciones ése será el destino irreversible de toda la humanidad.

Pero ni siquiera en España el castellano siempre ha sido la lengua oficial: el pluralismo lingüístico se afianzó a fines del Siglo XIII, después del desplazamiento del latín. Para la imposición-difusión del castellano fue determinante un hecho político: la proclamación de Isabel y Fernando como Reyes Católicos en el Siglo XV, época a partir de la cual se inicia la colonización de América, con el castellano incluido. Posteriormente, en el Siglo XVII, Felipe V impuso el castellano como “español” en muchas regiones ibéricas, prohibiendo el uso de otras lenguas locales.

A fines de 1.800 comienza el proceso de recuperación de las lenguas, hasta que en la llamada Guerra Civil española (1936-1939) se frustra la experiencia por obra del franquismo, que prohíbe el uso de las lenguas distintas a lo que se había denominado categóricamente como “español”, mediante Orden Real de 1923 del General Primo de Rivera. Algo parecido sucedió en nuestro continente americano con la llegada de los españoles: las cerca de 2.000 lenguas americanas, incluida la lengua aveki o pijao, que se hablaba en las regiones de Ortega, Coyaima y Natagaima, fueron desplazadas, obligando a los nativos a aprender el castellano, hasta que en 1770 Carlos III ordena el uso exclusivo de esta lengua, pretendiendo reivindicar que la Conquista había sido hecha en nombre de Castilla, aunque la mayor parte de los pobladores que llegaban a nuestras tierras fueran de otra Región, de Andalucía.

Con el 23 de Abril, día oficial del idioma y del pluralismo lingüístico, es válido, entonces, recordar que la represión, la burla o la discriminación de una lengua, o de una cultura, sientan las bases para el separatismo, como sucede hoy en Cataluña. Entre nosotros desafortunadamente aún entre los ancestros pijaos de apellido Alape, Aroca, Capera, Cupitra, Cutiva, Tike, Tikora o Tocarema se ha ido extinguiendo nuestra lengua regional.

Este fenómeno lamentable hace parte de lo que nuestro tribunal constitucional encontró como proceso de exterminio cultural y físico de no menos de 30 etnias en el país, en el que se incluye a los pijaos, como pueblos indígenas de mayor riesgo junto con los Embera-Katío, Kankuamo, Totoro, Huitoto, Mukak-Maku y Arhuacos, entre otros, todo lo cual forma parte del “estado de cosas inconstitucional” declarado por el mismo alto organismo desde 2004 respecto de la población desplazada, incluidos los pueblos indígenas de sus territorios ancestrales.

MAURICIO MARTÍNEZ SÁNCHEZ

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