Guámbito tolimense

Columnista Invitado

Confieso que no es fácil escribir esta primera columna para nuestro periódico regional, donde necesariamente tendría que comenzar hablando de este guambito nacido en esa hermosa tierra del sur del Tolima, Chaparral.
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Por ello solamente diré que fui un oficial del Ejército, empresario, dirigente gremial y ahora discurro mi vida entre los laberintos de la Abogacía y el periodismo; pero que lo que realmente me apasiona es la poesía; ya tendremos oportunidad de compartir algunas de ellas.

Como hijo de madre sanantoniana y padre pastuso brindo en esta oportunidad un tributo a esta tierra llena de historias, de mitos y leyendas que muchos desconocen pero que han marcado hitos históricos en nuestro país; el Tolima es un territorio de una heredad guerrera soportada en la resistencia de los Pijaos; fervorosos descendientes de los Caribes que poblaron la cordillera central de los Andes entre los nevados del Huila, Quindío y Tolima. Esta tierra de guerreros desde sus inicios se opuso de manera formidable a los colonizadores durante más de dos siglos y lucharon hasta su exterminio sin rendirse.

También fuimos actores en la gesta de la independencia con la provincia de Mariquita que fue uno de los primeros territorios nacionales en declarar su independencia de España en diciembre de 1814, designando a Honda como la capital de la nueva república. En el año de 1861 se creó el Estado Soberano del Tolima para integrar la Confederación Granadina (luego Estados Unidos de Colombia). La capital del Tolima ha sido declarada la ciudad musical de Colombia, puesto que su conservatorio es uno de los más importantes del país.

En el aspecto económico la provincia de Ambalema se consideró por mucho tiempo la capital económica de Colombia exportando el tabaco a través del puerto de Honda hacia el viejo continente, y hoy su economía se soporta en las actividades agropecuarias, los servicios y la industria. Nuestra agricultura se encuentra altamente tecnificada e industrializada, con productos como el arroz, ajonjolí, sorgo, café. Algodón, caña panelera, soya, maíz, tabaco, yuca y frutales.

El Tolima ha sido un fortín de la democracia, desde aquí se restableció el orden constitucional, cuando en dos ocasiones, el poder central se tomó por la vía de las armas. Uno en 1830, con el general Rafael Urdaneta; entonces el vicepresidente constitucional, Domingo Caicedo, asumió como jefe de Estado y nombró a Purificación como capital de la República, 24 años más tarde cuando lo hace el general José María Melo oriundo de Chaparral;  el vicepresidente José de Obaldía asume el poder constitucional desde Ibagué convirtiéndola nuevamente en capital de la República.

Cuna de Presidentes con el chaparraluno Manuel Murillo Toro modernizó al país en temas económicos, el hondano Alfonso López Pumarejo hizo las más grandes transformaciones sociales y finalmente Darío Echandía fue el adalid de la democracia.

Por ello volver a mi región representa para mí volver a nuestras raíces, a nuestra historia, gastronomía, folclor, a estas tierras ricas en flora, fauna y recursos naturales; pero principalmente a la identidad de sus gentes; por algo se dice que los tolimenses somos personas valientes, pujantes, y solidarias con un sentido claro de Nación.

CARLOS EDUARDO LAGOS

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