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El caos, no se produce de forma espontánea siempre es provocado por personas o grupos interesados en aparecer después como los redentores, los dueños de la verdad, los salvadores. Lo que necesitamos es una ciudadanía cada día más fuerte, más empoderada, más informada, que no se deje llevar a ciegas por las opiniones en redes (del bando que sea) pero también respetuosa de la diferencia.
Lamentablemente este gobierno, así como muchos políticos no ayudan a la razón; preocupante es que Duque, que parece que aún no se entera que es presidente, se crea abogado de Uribe y de paso deslegitime a la Corte Suprema de Justicia, pero también preocupa que en estos momentos de muertes por exceso de violencia de la fuerza pública (lo cual tiene muy polarizada a la ciudadanía ), el presidente se vista de policía y salga a los CAI a visitarlos y no haga lo mismo con las personas heridas y las familias de los muertos producto del mal uso de la fuerza, son errores que no se pueden permitir como tampoco su ministro de Defensa, con declaraciones inoportunas y ahora que por sentencia de la Corte debe pedir perdón por los excesos en que incurrió la Policía en el paro del 2019, no la hace con un argumento infantil “Ya lo he hecho “. La verdad, el Estado social de Derecho está en peligro !!. Un alto funcionario del Estado no cumple una sentencia.
También no ayuda el último trino del activo personaje. que tiene una hacienda por cárcel “Inseguridad psicológica en muchos soldados y policías conduce a errores fatales “, bueno este pedazo podría ser, inseguridad porque llegan a ser militares y policías, de pronto, sin la suficiente formación. Pero continúa el mismo trino “Santos minó moral de las FF.AA…narcoterrorismo y prohibición de combatirlo debidamente aumentan la desmoralización”. Fácil es entender que, según este señor, las muertes por exceso de violencia oficial (lo que llama errores fatales) son producto de la desmoralización, de lo cual el culpable es Santos, por los acuerdos de paz. Esto no es sensato, es una expresión total de la falta de cordura. No ayuda a evitar caos, por el contrario, lo incentiva en una población (sus seguidores) que actúan al vaivén de sus emociones.
Si no nos fortalecemos como un Estado social de derecho, con un profundo respeto por los seres humanos y nos comprometemos por mantener esta democracia débil (pero existente) que tenemos, vamos a estar muy pronto ad portas de una dictadura (no necesariamente militar). Ya tenemos preocupantes indicios, cuando todos los organismos de control están en manos de un solo grupo político, el de gobierno. Ese horizonte no se lo deseo a nadie.
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