¿Vacunarse o morir en el intento?

Columnista Invitado

Por estos días se ha abierto una amplia discusión frente a quienes apoyan el proceso de vacunación masiva contra el covid-19 y quiénes se oponen a esta estrategia para aplacar la pandemia que ha puesto en vilo a la humanidad.
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Los opositores a la vacunación se fundamentan en una diversidad de argumentos que van desde la crítica al negocio de las grandes multinacionales, la teoría sobre la creación del virus en un laboratorio, el uso de la pandemia como un elemento de control social, la inoculación de un chip por parte de Bill Gates, el poco tiempo de desarrollo que ha tenido la elaboración de la vacuna frente al empleado en otras vacunas para contrarrestar a otros virus e infecciones como el SIDA y los consecuentes efectos colaterales de la aplicación sin el agotamiento de los protocolos propios de estos experimentos científicos, todo ello dentro del contexto de una gran conspiración mundial.

¿Algunos estudiosos como el PhD Carlos Santa María se preguntan “porque los laboratorios habían dicho que las vacunas no iban a estar listas para este primer trimestre del 2021 y una vez Rusia anunció que estaba lista su vacuna Sputnik V los demás laboratorios también la sacaron a la venta?”

Frente a los efectos colaterales de la vacuna hasta el viernes, la vacuna producida por Pfizer y BioNTech SE era la única disponible en Noruega, y "por lo tanto, todas las muertes están vinculadas a esta vacuna", dijo la Agencia Noruega de Medicamentos en una respuesta por escrito a Bloomberg el sábado.

Noruega expresó una creciente preocupación por la seguridad de la vacuna de Pfizer Inc. en las personas mayores con afecciones de salud subyacentes graves después de elevar a 29 una estimación del número de personas que murieron después de recibir las vacunas

Por su parte los argumentos de quienes apoyan el proceso de vacunación se basan en la necesidad de proteger a la población más vulnerable, en la recuperación de las actividades económicas y en la salubridad pública, entre otras. El abogado German Arias explica: “Las personas, por ejemplo, que, en el siglo XXI, aún creen que la tierra es plana pueden terminar siendo inofensivas aparentemente, pero los negacionistas del cambio climático y los de los movimientos antivacunas están colocando directamente en riesgo la Salud Pública; su peligro aumenta a medida que logran más seguidores pues terminan influyendo en decisiones individuales y políticas que nos afectan a todos. La opción de desestimar estos sistemas de creencias sin deliberar ante ellos ha sido un gran error; la falta de debate además de terminar legitimando en cierta medida la pseudociencia, le otorga la ventaja de no exponer sus contradicciones, sus fallas lógicas, la ausencia de evidencia de sus afirmaciones y, sobre todo, las consecuencias de dar sus afirmaciones como ciertas.”

Pero al margen de esto un aspecto que no admite discusión es la opacidad en el tema de la contratación de las vacunas; mientras AstraZeneca vende a la UE y Filipinas la vacuna a 2 dólares y a USA y Bangladesh a 4 dólares, Colombia las negoció en 21 dólares; esa diferencia y el hecho de que tampoco se haya revelado la fecha exacta, ni las cantidades que se van a adquirir, han puesto a la opinión pública en nuevo debate y los ciudadanos en un estado de zozobra que es necesario aclarar.

Algo que preocupa es que la indeterminación en la adquisición de las vacunas implicaría otros seis meses más para iniciar el proceso el cual llevaría de un año con la consecuente afectación no solo de la economía, sino la tranquilidad pública.

Carlos Lagos

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