¿Para qué resignificar los espacios universitarios de la UT?

Columnista Invitado

Durante los últimos años, en la Universidad del Tolima hemos venido trabajando por ejecutar transformaciones socioespaciales, que si bien a primera vista lo que se destaca son las obras civiles, lo que realmente ha sido nuestro objetivo es empezar a garantizar las condiciones materiales pertinentes para el desarrollo de un espíritu universitario y un proyecto educativo institucional, donde la academia, la ciencia, el arte y la cultura aporten a la solución de problemáticas sociales y ambientales.
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Desde el 2016 logramos ejecutar más de 80 mil millones de pesos de destinación específica en inversión, con los cuales entregamos a la comunidad universitaria y a la región proyectos como el hospital Veterinario que, en su época, fue catalogado como elefante blanco. De la misma forma, deben mencionarse la prestadora de servicios de salud, escenarios deportivos del sector de La María, tiendas universitarias, la modernización del coliseo cubierto, la emisora institucional Radio Universidad del Tolima 106.9 FM, la adecuación y dotación de aulas, mantenimiento de diferentes laboratorios, sin contar con la construcción del primer parque interactivo de la región con recursos de regalías. 

Actualmente, avanza una de las obras más significativas, la cual comprende la construcción de una nueva entrada principal, la modernización integral del Parque Ducuara y la construcción de un nuevo jardín botánico como laboratorio vivo. También estamos a la espera de iniciar la obra de lo que será un bloque de 15 aulas interactivas, por más de 8 mil millones de pesos, con apoyo de la Gobernación del Tolima.

Al igual que los anteriormente enunciados, este proyecto se integra y articula con una nueva forma de pensamiento y apropiación espacial universitaria. Es por ello que sus planos fueron dirigidos por profesores y diseñados por estudiantes, quienes al graduarse fueron integrados al equipo de trabajo de quien ejecuta las obras, pues ellos conocen desde la óptica estudiantil las diferentes representaciones, significaciones y necesidades que convergen en el territorio universitario. 

La infraestructura dialoga con la implementación de las políticas de bienestar, de inclusión, de prevención, sana convivencia y reducción de daños asociados al consumo de sustancias psicoactivas, y, desde luego, con las políticas cultural y ambiental que están en construcción.

De igual manera, el programa de apropiación y resignificación de espacios universitarios a partir de las artes, es otra iniciativa con la cual estudiantes de los programas de Artes Plásticas y Visuales, y de la Licenciatura en Educación Artística del Idead, se vinculan como monitores de la Vicerrectoría de Desarrollo Humano y reciben un apoyo económico semestral de $1.200.000 por realizar en sus tiempos libres murales. Esta práctica ha tenido tan buena aceptación que diversos colectivos, universitarios y ciudadanos se han acercado a la Administración a solicitar apoyo con materiales para dejar su huella artística en la alma mater de los tolimenses. De esta manera, aportamos a la permanencia estudiantil, generamos estrategias para el aprovechamiento del tiempo libre, propiciamos que las artes sean un pretexto para socializar, visibilizamos el talento local y ampliamos los escenarios de expresión universitaria, construyendo relatos e identidades colectivas sobre lo que representa la Universidad del Tolima para quienes la habitan.

Como lo expresaba anteriormente, los sistemas de objetos en gran medida condicionan la forma en que se generan las relaciones humanas. Por ello, en la Universidad del Tolima hemos tomado la decisión de pensar el campus desde sus diferentes dimensiones y escalas. Son muchos los retos que tendremos que afrontar para que logremos transformar nuestra Universidad del Tolima en un territorio de paz, con las mejores condiciones académicas e investigativas, como siempre lo hemos soñado.

Necesitamos un campus que se piense desde los factores que generan riesgos o son violentos con las mujeres y comunidades diversas, es urgente reflexionar la manera como nos relacionamos con el ambiente, reorientar la movilidad al interior del campus, mejorar la manera cómo gestionamos los conflictos, entre muchos otros factores que necesariamente requieren de la ejecución de obras, que no son sólo cemento, sino que van materializando en la medida de nuestras posibilidades, los ejes misionales institucionales.

Por fortuna, en la Universidad del Tolima contamos con talento humano altamente calificado para construir un plan de ordenamiento y una proyección del campus, que recoja todas las necesidades anteriormente expuestas y la dinamicidad de los fenómenos territoriales universitarios. Esta labor histórica fue asumida en el plan rectoral 2022-2026, con el cual propiciaremos transformaciones con impacto social y ambiental para nuestra alma mater. 

 

OMAR MEJÍA PATIÑO

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