Reflexión frente al hurto a motocicletas

Comandante de la Metib

Para finales del año 2011 se dio inicio a la Policía Metropolitana de Ibagué, periodo en el cual la capital del Tolima contaba con un promedio de 532 mil habitantes, cifra que para la fecha oscila en más de 564 mil, evidenciando un importante aumento en la tasa poblacional en el área urbana y rural de Ibagué, evento que necesariamente conlleva a un cambio en los escenarios de conflictividad social y delincuencial de esta zona del departamento.

Este escenario conlleva a tomar conciencia, entendiendo que Ibagué no es un pequeño municipio, sino que se trata de una ciudad, eje comercial e industrial, con un importante crecimiento y desarrollo socio-cultural.

Ahora bien, la Capital Musical de Colombia, es una ciudad muy atractiva para la delincuencia, máxime que algunos de sus habitantes no acatan las medidas de seguridad para contrarrestar fenómenos que afectan la región, tal como se evidencia en el hurto a motocicletas, donde el exceso de confianza de algunos de los propietarios a la hora de parquear el vehículo en zonas vulnerables, no utilizar el seguro de la dirección, máxime que el 81% de los hurtos son mediante la modalidad de halado.

Este descuido permite al delincuente identificar y realizar acciones de inteligencia delictiva para posteriormente ejecutar el hurto, particularmente en aquellas motocicletas que no cuenta con un medio preventivo de seguridad, llámese candado, cadena, alarma, sistema de posicionamiento global (GPS) o ubicarla en un parqueadero de confianza. Al contrario, algunas motocicletas son abandonadas a la suerte, destacando que cualquier mecanismo que se utilice, puede minimizar el riesgo de ser víctima de hurto, impidiendo al delincuente que logre sus pretensiones de afectación.

Vale la pena señalar que un estudio realizado por el área de análisis criminal de la Dirección de Investigación Judicial e Interpol – Dijin, dio a conocer que el hurto a motocicletas es un fenómeno de afectación nacional, donde actualmente se hurtan un promedio de 60 motocicletas diarias a nivel país, siendo necesario mayor compromiso de los tenedores y propietarios para generar barreras o estrategias que impidan el actuar delincuencial; es así como, se recomienda en caso de vender la motocicleta tener mucha prudencia al momento de publicar datos en redes sociales, información que puede ser utilizada para sonsacarlo y materializar el ilícito.

Por otra parte, este fenómeno de hurto en crecimiento, está relacionado con la demanda frente a la comercialización de autopartes y sus accesorios, evento que se convierte en uno de los principales detonantes de este delito, siendo necesario indicar al ciudadano que adquiera elementos o repuestos en puntos de venta legalmente autorizados.

No se puede olvidar, que el abandono y falta de autoprotección brinda una oportunidad a los estafadores y/o extorsionistas, que tras hurtar la moto, cobran por su entrega una suma que en ocasiones iguala la de su valor comercial, modalidad ante la cual las unidades del Gaula están siempre prestas a brindar asesoría en su línea gratuita 165 y aclarar el hecho, con la captura de quienes lo dinamizan.

Así mismo, aquellos prestamistas de sistemas pagadiario o “Gota a Gota”, que toman como prenda de pago de manera ilegal las motos de quienes les adeudan.

Esta es una oportunidad para hacer un llamado a rechazar estos medios de crédito, existiendo la oportunidad abierta de acudir a entidades financieras legales, que hoy ofrecen mayores facilidades para acceder a préstamos, con tasas de interés alejadas de la usura, panorama que se ha hecho cotidiano con estos prestamistas callejeros, que solo dejarán de existir, cuando la conciencia de la ciudadanía los rechace.

DIOS Y PATRIA.

Comandante (e) Metib

Comentarios