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Y es que cada vez que realizamos prácticas indiscriminadas de contaminación, llámese quemas, tala de árboles, contaminación de fuentes hídricas, solo por citar algunos ejemplos, estamos condenándonos a un futuro cada vez menos prometedor y esperanzador, ya que los daños que la humanidad le causa al planeta son irreparables.
Para poner un ejemplo y no ir tan lejos, es triste realizar el recorrido por algunos parajes de esta región, donde se puede observar tristemente, cómo donde algún día pasaba un río, hoy solo se ve un camellón lleno de arena y piedra, sin agua; donde se nota que hasta los árboles que un día se movían al vaivén de la brisa que generaba el agua, hoy ya no lo hacen.
Es deprimente, y más al voltear la vista por una carretera tras advertir un aviso que indica la proximidad de un río, pero se queda uno perplejo al dirigir la mirada y encontrar que ya no está, y todo por culpa de aquellos que pensamos que el agua nunca se iba a acabar.
Como dicen las abuelas “lo hecho, hecho está”, no es hora de seguir lamentándonos y llorando sobre “la leche derramada”, es el momento de tomar acciones contundentes como sociedad, a través de la siembra de árboles, limpieza de cuencas, entre otras muchas acciones que podemos realizar, sin esperar a que se nos siga acabando “la casita”.
Que tal si este fin de semana en vez de quedarnos en casa, tomamos la decisión junto al resto de la familia, de salir a limpiar las orillas de nuestros ríos, o realizar así sea la siembra de solo un árbol, aunque sea uno;de esta manera lograríamos dos cosas importantes, la primera, generar vida, y la segunda, que nuestros hijos tomen conciencia de que el ambiente es vital para nuestro diario vivir, recuerde que el ejemplo inicia por casa.
Una cosa es construir y otra permitir que destruyan, porque de nada servirían todas esas campañas que hemos propuesto, si no denunciamos a aquellos que talan bosques, arrojan basura a los afluentes hídricos, quienes lavan sus vehículos en los mismos, o los que realizan quemas a cielo abierto; por eso cada vez que usted observe estos comportamientos, no dude en denunciar en tiempo real a las autoridades.
Recuerde que el ambiente que dejamos hoy, es el que van a utilizar nuestros descendientes.
Dios y Patria.
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