Personas que le apuestan a ser felices

Clara de Zubiria de Meléndez

Si eres feliz: aportas felicidad. Si sufres: aportas sufrimiento. Ser feliz es una enorme responsabilidad con el universo, con los demás, y por supuesto con uno mismo.

La infelicidad se puede manifestar como una crisis existencial que podemos atender o ignorar. Me llamó la atención la historia de Jacob Sokol, un joven neoyorkino que, ante una crisis, al cumplir 24 años de edad, decide afrontarla y buscar respuestas por los enormes vacíos que su vida - aparentemente exitosa- le deja. Se pregunta: ¿Lo tengo todo o no tengo nada?, su instinto le decía que tenía que haber algo más que la “carrera de ratas” en la que, como consultor de nuevas tecnologías, trabajaba. Decide entonces dedicarse a buscar la sabiduría necesaria que dé sentido a su vida. “No podía esperar a que la felicidad y la satisfacción me encontrasen; tenía que crearlas yo mismo.”

Comienza por enfrentar sus miedos, con lo que les quita el poder que ostentan sobre él. Se enamora y se abre emocionalmente después de estar bloqueado la mayor parte de su vida. Se declara libre de vivir buscando la aprobación de familiares y amigos y se propone a seguir y a confiar en la fuerza de su corazón. También aprende que a veces es más especial hacer feliz a alguien que buscar la propia satisfacción. Encuentra que cuando uno se compromete debe ser firme y mantener su compromiso como algo no negociable. Se da cuenta de que para manejar su mundo exterior debe manejar primero su mundo interior; entonces, decide levantarse con el Sol y meditar 30 minutos diariamente. Aprende que antes de que pueda crear lo que quiere en la vida, lo debe visualizar con claridad en su mente. Aprende que para hacer un buen trabajo, se debe amar lo que se hace y si, además, se las ingenia para que al hacerlo le esté sirviendo a la humanidad, ocurre magia. Aprende que la vida es lo que uno hace de ella y se rehúsa a que alguien elija por él.

Se salió de su zona de confort, y decidió vivir una vida diferente desde donde busca inspirar a jóvenes entre los 20 y los 30 años que quieran reorientar sus vidas, al tiempo que él mismo continúa aprendiendo.

Una persona feliz no puede hacer otra cosa más que extender su felicidad. Que bueno ser nosotros de esas personas e irradiar bondad y amabilidad a nuestro paso. Los caminos existen, es nuestra decisión recorrerlos o ir a la deriva hasta cuando ya sea demasiado tarde.

¿Será que nuestros hábitos cotidianos nos alejan o acercan a ser cada día más felices? ¿Me pregunto si ver tanta TV, estar conectados tanto tiempo a redes sociales o actividades sin sentido nos desconectan de nuestra propia realidad e impiden que nos realicemos como personas e irradiemos la alegría que supone ser felices?

“La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces está en armonía”: Mahatma Gandhi.

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