Acueducto complementario: 20 años

Camilo E Delgado Herrera

Han pasado 4 años, 4 meses y 10 días desde la firma del Contrato 060 del 8 de noviembre de 2011, suscrito entre el Ibal S.A. ESP y el Consorcio Acualterno, cuyo objeto consistía en la ejecución de la Primera Fase de la primera Etapa de las seis que componen el proyecto Acueducto Complementario de Ibagué con Fuente Alterna de Captación, obras que, ha la fecha, no se culminaron y en lo que resta de la presente administración no se culminarán.

La semana anterior, y luego de una gran incertidumbre generada ante la posibilidad de adiciones presupuestales a este contrato cuyo valor inicial era de 6.296.806.920 millones de pesos, pero que, en criterio del contratista, se reclamaba un “ajuste” por el orden de los 18.000 millones de pesos (200% más del valor inicial), la junta directiva del Ibal tomó la acertada decisión de iniciar el proceso de terminación y liquidación del mencionado contrato ante la imposibilidad del instituto para garantizar la adición contractual aprobada, que inicialmente era del 50 por ciento, y la función de advertencia elevada por la Procuraduría General de la Nación a la administración municipal.

Sin embargo, lo que sucedió con el atípico, “peculiar” e irregular contrato suscrito con Acualterno es solo la punta del iceberg de una gran cadena de irregularidades que han rodeado a este proyecto el cual cumple 20 años en este 2015, sin que los organismos de control fiscal y disciplinario hayan tomado decisión alguna de fondo. 240 meses de negligencia, indolencia, abandono y olvido. 7.304 días de un proyecto tan fundamental para el desarrollo presente y futuro de nuestra ciudad, pero que hoy se encuentra en un limbo financiero, administrativo y jurídico.

Ante el Concejo de Ibagué quedó nuevamente en evidencia aspectos que en su momento fueron sospechosamente obviados y tomados como irrelevantes por quienes en su momento tuvieron la oportunidad de reorientar el curso del proyecto. Desde el año 2007 Cortolima había manifestado, con fundamento en estudios de geotecnia y geomorfología, que el proyecto Acueducto Complementario, al cual se le otorgó concesión de aguas en el año 1995, se encontraba localizado sobre el sistema de fallas activas de “San Rafael”, “Chapetón - Pericos” e “Ibagué”, generando la presencia de amenazas por movimientos en masa, así como procesos de inestabilidad asociados a erosión hídrica por socavamiento lateral del cauce (coluvión), flujo de escombros, avalanchas y deslizamientos rotacionales en zona de alta pendiente, además de ubicarse en la zona que corresponde al complejo volcánico del Ruiz- Tolima, dentro del cual se destaca el volcán “Machín”, localizado a 13.8 kilómetros al noreste de la cuenca.

Después de 20 años los ibaguereños podemos decir que tenemos un acueducto sin terminar; unas inversiones por el orden de los $37.000 millones que a la fecha se encuentran inservibles; una bocatoma que día a día se la come la maleza y la montaña; 11.000 millones de pesos de tubería abandonada a la intemperie; un seguro litigio que se avizora cuyas pretensiones estarán por encima de los 18.000 millones de pesos, y, como no puede faltar cada 4 años, discursos y promesas politiqueras de quienes autoproclamándose como mesías salvadores de nuestra ciudad aseguran, con pasmosa seguridad y confianza, que ellos sí van a combatir la corrupción, solucionar los problemas de suministro de agua, y, por supuesto, terminar el Acueducto complementario con fuente alterna de captación para Ibagué. ¿Seremos tan ingenuos?.

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