El mejor regalo de navidad

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En esta época la gente se pregunta qué regalar, y uno de los segmentos favoritos es el de los regalos electrónicos. Pero quizá esta es una de esas raras ocasiones en que no estoy del lado de la tecnología, y no lo estoy porque considero que va en contra de los principios de la Navidad, en donde hay cosas mucho más valiosas que dar o recibir, y que paradójicamente no tienen precio, sencillamente porque no hay dinero en el mundo que las pueda comprar.

Por ejemplo, en mi lista de regalos que le pedí al niño Dios este año, están: el amor y el perdón enorme de un ser muy especial que no me acompaña más, y a quien voy a extrañar enormemente en la Nochebuena; el fuerte abrazo y los chistes repetidos de dos de mis hermanos, y la compañía y las risas alegres de mis hijos.

Mientras muchos celebran animadamente, existen muchas parejas que están distantes por diversos motivos, y que querrían una Navidad acompañados y tomados de la mano, sin regalos, tan solo con la sonrisa y la compañía de ese ser querido. Al igual, muchas familias dispersas por el mundo darían todo por estar juntos, cantando villancicos y comiendo tamal en esa noche de alegría y paz. ¿Se dan cuenta entonces que ni el mejor iPad, o el celular más moderno o un enorme TV podrían si quiera aspirar a reemplazar a alguno de estos momentos invaluables?

Ese, creo yo, es el espíritu de la Navidad. Dejemos por un momento el consumismo que nos invade, y regresemos a la simplicidad y al significado de la noche del 24, en donde alrededor de un hermoso bebé se unió una familia muy sencilla, cuyo mayor regalo fue la llegada de ese primogénito tan especial. Mis deseos entonces para que en estas navidades, este espíritu de reconciliación y unión familiar esté muy presente en sus hogares y pasen unas fiestas en alegría, paz y armonía, regalando y recibiendo millones de abrazos y sonrisas, que son, sin duda, el mejor regalo.

Credito
RENÉ DI MARCO

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