Mientras llegan las rectificaciones, aventuremos explicaciones. Nos dolió la muerte de Diana de Gales (agosto 31), churro de los del gajo de arriba, porque estaba a punto de lograr la esquiva felicidad al lado de su “machucan boy’s†egipcio, Dodi Al Fayed. Su felicidad era la de todos sus súbditos. Si no alcanzamos la felicidad, el dinero ni la fama, nos contentamos con que los mitos que inventamos lo logren.
Madre Teresa (fallecida el 5 de septiembre), suspiro de Dios, churro de los del gajo de abajo, era la felicidad en unos cuantos kilos. Su alegrÃa surgÃa de cumplir ese difÃcil arte de darse al prójimo. Ella veÃa a un pobre y se le animaba el semestre.
Diana también se daba. Asà en la noche regresara a una cena Ãntima plagada de “papaÂrazzi†en el Ritz, de ParÃs, de donde salió para su vuelo final. Madre Teresa permanecÃa cerca del menú cero estrellas de sus paupérrimos calcutenses. Ella alcanzó en vida la verdadera inmortalidad que consiste en ser amado por mucha gente anónima. Sostiene Freud.
La virtud de Diana radicó en que pudo haberse gastado su “yet-setismo†en ella solita. Pero no. Permitió que se le saliera la Madre Teresa que llevaba por dentro, como una procesión de amor.
A propósito de amor, recomendaba Madre Teresa: “Ama hasta que te duela; si te duele, es la mejor señalâ€.
¿Por qué tuvo más prensa la Rosa de Inglaterra, inmortalizada en las exequias por el piano y la voz por Elton Jones, que Teresa de Calcuta? Tal vez porque es más fácil ser princesa Diana que Madre Teresa.
Cuando se produjo la muerte de Madre Teresa, la prensa continuó ocupándose de Lady Di. En los noticieros de televisión, la Madre Teresa aparecÃa después del primer corte de comerciales o en el pasa del periódico. CoqueterÃa mata solidaridad.
De lejos, esta nota, jerárquicamente, deberÃa llamarse Teresa y Diana. Pero no. Está bautizada al revés. Chanel No. 5 derrota a Pachulà No. 1.
Diana era pobre con plata. Madre Teresa fue siempre una rica sin dinero. Ambas volvÃan plata lo que tocaban para la causa común de los divorciados de la fortuna.
Diana viajaba en first class. Madre Teresa volaba arriando first class. Contaba el fallecido cardenal López Trujillo que al final de los vuelos internacionales la “mÃnima y dulce†Teresa recogÃa la comida que los pasajeros no consumÃan para llevársela a sus pobres.
López Trujillo, enemigo personal del condón, narra un pecadillo de Ãnfima lagarterÃa de Madre Teresa: accedió a que las autoridades indias le facilitaran pasaporte oficial sólo porque de esa forma, cuando salÃa del paÃs, podÃa trabajar mejor por sus “vaciadosâ€.
Las dos, Diana y Madre Teresa, ya tienen altar perpetuo en el “mango†(corazón) de sus devotos que tenemos la opción de convertirnos en las Dianas y las Teresas, asà sea de nuestro propio barrio, de la cuadra. O de nuestra propia casa. La caridad empieza por nosotros.
SerÃa una forma de velar por que sigan vivitas y coleando estas dos llamas al viento, que nunca se apagarán, para decirlo a dos manos con Elton John y el poeta Barba Jacob.
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