Festival con aroma de mujer

Óscar Domínguez Giraldo

El eterno femenino pisó duro durante el reciente Festival Nacional de la Música Colombiana de Ibagué que llegó a la lúcida edad de Cristo: 33 años.

No figuraba en la agenda pero para la Trigésima tercera versión, la madre naturaleza aportó el sábado 23 de marzo, vísperas de la clausura, un desafinado movimiento telúrico de 6.1 que felizmente no causó estragos.

El festival declarado patrimonio cultural y artístico del país nació de una costilla de Doris Morera de Castro. Por la residencia de esta tolimense de todo el bunde, ha pasado el matutino y el nocturno de la música andina. Compositor o cantante que se respete debe recibir primero el agua bautismal en su casona donde si se pone el oído en el piso, se oye el rumor cercano de bambucos, pasillos, valses, danzas, rajaleñas, sanjuaneros.

La Orden Garzón y Collazos fue para la vallecaucana de Ginebra María Isabel Saavedra. Si bien confunde un re o un do con la sota de bastos, ha compuesto más de 700 canciones.

Su caída del caballo o punto de partida fue una canción que compuso a los 18 años, “Me borrarás”. La maestra y cantautora decidió convertir en obra de arte musical una tusa de amor.

Que un salmo impulse la carrera de una artista linda con lo insólito. La caída del caballo de Maía, invitada especial al cierre del festival, fue la interpretación (“la mejor de mi carrera”) del salmo 97 que hizo ante el papa Francisco.

Contó la historia en la Concha Acústica, el Vaticano de la música en Ibagué, “un paraíso, el más musical”, según el himno.

Su energía y su voz deleitaron al respetable con toda clase de ritmos. No en vano es bisnieta del creador de la batalla de las flores del Carnaval de Barranquilla.

Nunca había visto dos artistas que disfruten tanto la música que interpretan sus colegas como María Isabel y Maía. Se meten en cuerpo y alma en cada canción y aplauden sin miseria. Se tienen prohibido el inútil pecado de la envidia.

El premio Príncipes de la Canción fue adjudicado al dueto Entre Cantos de las hermanas tolimenses Paula, primera voz y tiplista, y Aura María García, segunda voz y guitarrista.

Su fórmula de trabajo es demoledora: 24/7, o sea, dedicación al oficio 24 horas los siete días de la semana.

En música las Princesas regalan el pez y enseñan a pescar a niños y universitarios. Tampoco se quedan con nada para ellas.

La cuota del macho alfa la puso el exministro chaparraluno Alfonso Gómez Méndez quien hizo valer su condición de hijo de sastre que combinaba el tiple con la Singer.

Gómez Méndez, castigó, perdonó, deleitó a la audiencia con interpretaciones como Vivirás mi Tolima y María Manuela. No había temblado la tierra.

Por todo lo anterior, gracias Ibagué, por la sobredosis de música recibida.

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