¡La hora llegada!

“Esto parece la hora llegada", es la frase más común con la que en todo corrillo se describe una situación tan confusa que parece anteceder al inminente arribo del fin del mundo.

Así que esta expresión resulta idónea hoy, como la que más, para reseñar el contexto del certamen electoral que se nos vino, pues refleja el susto de los aspirantes al solio de Juancho Bretón, -hoy ocupado por Chucho Botero-, ante una eventual derrota y los momentos de pánico vividos cuando quiera que hayan advertido el crecimiento de los rivales.

Sin que sea menor el de los futuros gobernados cada que escuchan las cifras de las encuestas “a boca de urna” y se dan cuenta quien va ganando y quien va a ser el responsable del gobierno de su destino, el futuro jefe de policía de su ciudad y encargado directo de la preservación y la defensa de los recursos renovables en ella y de lo que a indigentes, niños, ancianos, industrialización, empleo, transporte, recreación, agua, energía, radio, televisión, comunicaciones, aeropuertos, servicios, justicia, salud, vivienda, educación, tránsito, preservación del espacio público, entre muchísimos otros temas, respecta.

Que va a ser, -nada más ni nada menos-, el que va a dirigir la Ibagué de hoy bien diferente, tanto cuantitativa como cualitativamente, de la recibida por "el tercer mejor alcalde del país", pues por razón de los incontrolados flujos migratorios originados en las muchas violencias que siguen afectando a esta patria inmarcesible con grave deterioro de su precario tejido social, las dificultades han crecido y siguen en aumento de manera desproporcionada por fuera de cualquier intento planificador, demandando en forma extraordinaria recursos de toda clase, pero por sobre todo espacios para el trabajo y la vivienda.

Sin que se pueda tener certeza de si el que gane, conoce la magnitud de sus verdaderas obligaciones o es de aquellos que espera y aspira a que la organización centralizada del Estado que ha regido por décadas en esta inefable patria del Sagrado Corazón, le resuelva y le dé solución a todos su problemas y respuesta a todas sus inquietudes.

Encomendando la suerte del medio ambiente municipal a las Corporaciones Autónomas Regionales, la de la niñez abandonada al "Bienestar Familiar", la del deporte local al "Instituto de la Juventud y el Deporte", la de la radio o la Televisión local al Ministerio de Comunicaciones, la de la Justicia municipal al Ministerio del ramo, la de los hospitales al Ministerio de Salud y así sucesivamente.

Sin que se detenga a estudiar si cada una de estas áreas funcionan o no para el habitante de Ibagué, o cree que ello no es de su competencia, es decir "nada que ver", para utilizar una frase hoy muy usada entre la jerga de la gente joven.

Para seguir “en la inmunda", es decir que el Federico se cierre, la ciudad se inunde de gamines, niñas prostitutas, traficantes o viciosos, las escuelas y colegios públicos impartan mediocre educación, la inseguridad campee, la justicia de policía no exista, las calles se vuelvan sucedáneas de las pistas de carreras de buses, taxis y motos cuando los huecos lo permitan, etc., etc. y muchos más etcéteras.

Credito
DON SEVERO

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