FARC ¿E.P.?

Aún quedan unos pocos izquierdosos que creen todavía factibles esta clase de eventos, pues al parecer aún ven en estos brutales narcotraficantes y criminales, a románticos guerrilleros, como pasa con “el comuñanga” paisano Lozano Guillén, el senador “piquis” Robledo, el camarada Gordillo; Borja, el de los sombreros barbisio, y tantos otros.

Aún no terminaba la semana, cuando, lo que había comenzado como un murmullo, fue ganando en intensidad hasta llegar a escucharse “… por los rincones y las alquerías que el Sol ilumina con vivos reflejos…” como colectiva expresión de repudio y multitudinaria condena a la desfachatada propuesta hecha por los “guerrillos” a Santos, su gobierno y a la opinión en general, de retomar el hilo perdido de aquellos distantes diálogos del Caguán en tiempos de Pastrana, como si el país no tuviera clara la transmutación sufrida por esta banda de forajidos, de E.P., en los más perfectos H.P.’s que en el mundo han sido.

Pero no por manes de la ortografía porque ahora ejército se escriba con H.: ¡No!, sino porque gracias a sus eficaces esfuerzos, hechos con primorosa dedicación por lustros, las otrora fuerzas armadas revolucionarias, in illo témpore rodeadas de un hálito romántico, pasaron, sin ruborizarse siquiera, de novelescos guerrilleros tipo Robin Hood, a bárbaros asesinos, secuestradores, narcotraficantes, depredadores del medio ambiente, matones, extorsionistas, etc., etc., o sea a H.P.’s, graduados “cum laude”.

A la mejor imagen y semejanza de muchos de nuestros políticos que pasaron de liderar y acaudillar causas populares y difundir ideas redentoras, a prosaicos negociantes y socios de narcotraficantes, “paras” y corruptos, y de militar en un partido, a hacerlo en otro y otro, sin romperse ni mancharse.

Alcanzando el masivo rechazo, desde los gremios de la producción hasta los maestros; “las distinguidas señoritas”; “los atildados caballeros”; “las amas de casa, los gobernantes variopintos, todos a una”, como en Fuenteovejuna, mamados, hastiados de la violencia de esos supérstites de la especie antidiluviana, al punto que hasta “Piedad” advirtió el contrasentido, la estupidez y la incoherencia de hablar de reanudación de diálogos y paz mientras conservan secuestrados por años y en oposición al sentir colectivo de la totalidad de sus compatriotas, a un grupo de colombianos.

Que de no ser tan dañinos bien podrían servir como atractivo turístico al mejor estilo de las momias egipcias, incluso mejor conservados que éstas sólo que más aromáticas y menos asépticas, pero vivos o a la manera del Parque Jurásico, donde nada tendrían que envidiarle a los mamuts o los anquilosaurios.

Claro que aún quedan unos pocos izquierdosos que creen todavía factibles esta clase de eventos, pues al parecer aún ven en estos brutales narcotraficantes y criminales, a románticos guerrilleros, como pasa con “el comuñanga” paisano Lozano Guillén, el senador “piquis” Robledo, el camarada Gordillo; Borja, el de los sombreros barbisio, y tantos otros que casi se tornaron en especie muda, callada y silente, que no dice ni muuuuu… ante una opinión pública ansiosa de saber qué piensan de sus correligionarios Samuel, hermano & Cía., y qué de la voltiada de Petro y sus nuevos mejores amigos.

¿O será que la voz sólo les alcanza para denostar contra el TLC con los gringos, el establecimiento y el extinto neoliberalismo?; ¿o que ante tamaña realidad, como en la ranchera, “…se les perdió la fuerza de la mano izquierda”?

Credito
DON SEVERO

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