¡Basta ya!

El país se ha excedido en generosidad con ustedes, al punto de haberles brindado ya hace varios años, la mejor de las opciones para que cejaran en la lucha y se reintegraran a la sociedad con lo poco de imagen que les podía quedar entonces, si es que alguna vez la han tenido ante la opinión.

Igualmente, en la muerte de cada uno de sus sanguinarios jefes, incluida la de su longevo comandante vitalicio, se les ha presentado, en su momento, una propicia ocasión para manifestar ante la opinión global su intención de cerrar un ciclo que ya los tiempos y la inteligencia les canceló definitivamente: el de su caduco credo y el de la lucha armada por el poder para tratar de imponerlo, convertido gracias a su falta arraigo popular, en una interminable “lucha del no poder”.

Solo que entre su arrogancia y la desconexión total con la realidad en que han vivido, no se han percatado de ello y siguen sin hacerlo, dejando pasar “los cuartos de hora”, no a sus espaldas, como el paquidermo de Samper, sino frente de sus narices, sin que nada hagan al respecto.

De haberlo hecho, hubieran evitado que sus paisanos y la opinión universal los graduaran “cum laude” como terroristas y despreciables asesinos.

“La viveza” que una vez derrocharon en el Caguán, junto con los chorros de dinero que reciben del narcotráfico y el secuestro, ya develaron su verdadera condición: traquetos y narcos mal disfrazados de “robinjudescos” humanistas y valientes adalides del pueblo, depredando una población civil indefensa como lo que hicieron esta semana en la población nariñense de Tumaco y en la caucana de  Villa Rica para garantizar sus rutas del comercio de narcóticos.
¡Que claridad política exhiben y que noble causa la que defienden!


Adviertan que solo Chávez, Ortega y Evo, los gobernantes de opereta que han montado en nuestro vecindario el “eje del pasado”, han creído que su simpatía manifiesta con ustedes puede granjearles algún aprecio en el continente.

Por que ya Correa en Ecuador, Dilma Rousseff en el Brasil y la Fernández de Kirchner en Argentina, hace tiempo se dieron cuenta que con el caduco credo que pregonan aquellos desalumbrados líderes, irían a la fija, hacia el despeñadero político y sin retorno posible.

Hasta el decrépito comandante Castro que fue quien les inspiró estas alocadas aventuras por allá a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, ya en el ocaso de sus días ha venido entendiendo que ningún propósito puede justificar el terrorismo que solo repudio inspira.

Entiendan que la opinión nacional hastiada de su anacrónico discurso y su inhumano proceder, tiene contra ustedes un incancelado sentimiento de indignación que ya ha tenido masivas demostraciones públicas, y la internacional ni decir pues la ONU, la OEA, Unasur, los Estados Unidos, Francia, España y hasta Human Rights Watch los censuran y rechazan.

Ojalá sus cancinas neuronas les permitan entender que cincuenta y tantos años de violencia, terrorismo y depredación, son más que suficientes para andar con equivocado rumbo.

Credito
DON SEVERO

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