El imperativo de la ética

Eduardo Durán

En medio de la enorme crisis que está viviendo el país por cuenta de la ausencia de la ética, que todos los días nos despierta con un episodio cada vez más escandaloso, que nos llena de desazón y de impotencia, vale la pena destacar la labor del Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, que ha tomado a pecho el tema como un imperativo nacional y no desperdicia foro para llamar la atención sobre la materia, además de que se ha propuesto comprometer a las más diversas entidades en la firma de pactos que permitan la observación de ciertos parámetros que impidan el afianzamiento de ese terrible flagelo.

Nos está enseñando que el tema de la ética debe comprometer cada uno de nuestros actos, y desde luego todos los propósitos. Convertir este asunto en una obsesión, en donde además lleve a todos los ciudadanos a tomar posturas mucho más contundentes frente a todos aquellos que se pasan por la faja este principio de conducta, para acumular poder, para enriquecerse ilícitamente y para pisotear las instituciones democráticas y republicanas.

La condescendencia lleva a acrecentar la concupiscencia, y ese apetito voraz termina consumiendo todos los valores y de paso todos los intereses ciudadanos.

La frase que repite el procurador Carrillo vale la pena recogerla aquí “Sin ética no hay democracia. En tiempos de incertidumbre es imperativo reinventar la política, para que vuelva a ser una actividad honrosa. Cada día aumenta la desaprobación ciudadana a la política y hay sequía de confianza.

“El matrimonio entre contratistas y malos políticos ha corrompido el sistema, contaminado a los electores y convertido el erario en un botín de los inescrupulosos”. Qué hondo contenido encierra ese pensamiento y que reto el que convoca lo aquí expresado. Sin una voluntad colectiva y radical frente a este escenario, no habrá nada que hacer y el caos se apoderará de todas nuestras instituciones.

Apostilla: La crisis provocada por el paro de un sector de pilotos de Avianca, no puede convertirse en pretexto para haber duplicado y hasta triplicado las tarifas de los tiquetes aéreos. ¿En dónde están los organismos protectores de los derechos de los consumidores? Que no se convierta este medio en un achaque, para componer los balances, o lo que es peor, para asaltar los bolsillos de los ciudadanos.

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