Los niños del hambre

Ricardo Ferro

Se van a completar siete meses de este gobierno y la sensación generalizada es que esta alcaldía no arranca. Son inertes los esfuerzos mediáticos que hace la administración para tratar de demostrar que se está trabajando mucho, ya que para la ciudadanía lo claro, es que hay muchos anuncios, excesiva improvisación, y en cuanto a la agenda del mandatario, una parte de la misma continúa dedicada a la crítica del gobierno anterior, otra al plebiscito por la paz, y gran parte de la restante a la consulta minera.

Así las cosas, la ciudad viene padeciendo problemas inaceptables como, por ejemplo, que en todo el primer semestre del año no hubo desayunos escolares para los niños de los sectores urbano y rural.

Al respecto, hay que recordar que el país se escandalizó por lo sucedido en la Costa Atlántica con los niños que eran fotografiados mientras recibían una generosa ración de alimentos que no comerían, pero es que en Ibagué en el primer semestre del año la situación fue peor, por cuanto los niños no tuvieron la posibilidad de contar ni siquiera con la vergonzosa ración que realmente se les entregaba a los menores de esa región del país y que por sus precarias condiciones no eran objeto de registro.

Habrá excusas, pero todas insuficientes para que Ibagué se hubiera quedado sin alimentación escolar en el primer semestre de este 2016. Porque si bien pudo dificultarse el cierre financiero para lograr un cubrimiento similar al del año anterior, es inadmisible que existiendo los recursos desde lo local, se hubiera dilatado la solución durante mas de 180 días.

Y es que no se entiende que en un ente territorial que cuenta con un presupuesto anual cercano al medio billón de pesos, con un equipo financiero que saca pecho por los altos recaudos logrados y con una administración que dice actuar “con todo el corazón”, se presente una situación así.

Se dirá que el error es del Gobierno nacional, que por estar concentrado en el proceso de paz y en otros asuntos dejó sin recursos a la ciudad para los desayunos escolares. También habrá quien responsabilice a las cajas de compensación o a los tediosos procesos contractuales. Pero ojo, así se hubiese presentado todo lo anterior, no es suficiente obstáculo para un mandatario que quiera solucionar el problema. Porque así como la administración ha tenido recursos para importar contratistas de Bogotá y para instalar suntuosos parques en barrios no exactamente de interés social, perfectamente pudo haber destinado los recursos para que los niños de Ibagué hubieran podido contar con la alimentación que les correspondía en el primer semestre del año.

Esperemos que en el 2017 no se repita la historia y que desde ya se garanticen los recursos para los desayunos y de paso para el transporte escolar en nuestra ciudad.

Saque de Banda: Deberían ser mas prudentes aquellos que ya están cantando su voto afirmativo en el plebiscito por la paz en redes sociales y en medios de comunicación sin siquiera conocer los textos de los acuerdos. No vaya a ser que terminen al mejor estilo de un excongresista lamentándose y diciendo: “Es que yo no había leído”.

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