El regalo prometido

Ricardo Ferro

Arranco por agradecer a la mayoría de internautas que vienen haciendo interesantes aportes en las publicaciones que a diario hago en mis redes sociales.

Esta semana me llamó poderosamente la atención la participación activa y propositiva de muchos ibaguereños con ocasión del cumpleaños 467 de la ciudad.

El agua, sin duda alguna, continúa siendo el regalo más esperado por todos los ibaguereños. Hace unos días los medios dieron cuenta de que el 80% de la ciudad amaneció sin una gota del preciado líquido. Una vieja historia que se sigue presentando.

La gente está cansada de que cuando llueve quitan el agua y que cuando hace sol también. Barrios enteros en los que llega el agua una o máximo dos horas al día. Sectores donde las personas se levantan en la madrugada a lavar su ropa, porque en el resto del tiempo solo tienen la que han almacenado en baldes y platones (priorizada para cocina y baños).

No se trata de pedir que el problema se solucione de la noche a la mañana, pero ojo, sí queremos llegar a tener agua las 24 horas al día, 365 días al año, en cada tubo, bocatoma, estudio, gasto en publicidad o pago de arriendo que se genere, no hay que perder de vista la máxima que dijera alguna vez un paisano nuestro: “el Ibal se creó para dar de beber a muchos y no para dar de comer a unos pocos”.

El otro gran regalo que está clamando la ciudad tiene que ver con la ordenación del territorio, y sobretodo, del suelo urbano. Qué falta le hace a Ibagué poder repensarse en su suelo consolidado.

Y no es que no tenga importancia el suelo de expansión o el suelo rural, pero es que por estar tan preocupados algunos por ‘comerse’ el verde en el futuro, se están descuidando los 600 mil habitantes que sobreviven la ciudad en el presente. Problemas de zonas de riesgo, inseguridad, falta de accesibilidad, carencia de espacio público y congestiones vehiculares son el pan de cada día.

Capítulo aparte merece otro tema altamente comentado: la cultura ciudadana. Esta tarea no se puede seguir dilatando. Más allá de las responsabilidades desde lo público, es necesario que en el seno de las familias se aborde la cultura ciudadana, principalmente desde el ejemplo, como un asunto de importancia mayor.

Por último, chévere que se le dé un concierto a Ibagué. Faltaría más que no se pueda hacer un acto de esta naturaleza. Pero hay que ser claros: ese no era el regalo que se le había prometido a la ciudad en su cumpleaños. Por lo mismo, lo malo no es el concierto, sino que con un presupuesto de más de medio billón de pesos al año este haya sido el único regalo que se haya dado a la ciudad este 14 de octubre de 2017. Y la ñapa: con tanto artista local, lástima que el grueso del presupuesto del evento (por no decir que casi todo) se lo llevaran artistas de otro lado, precisamente en una serenata para nuestra Capital Musical.

Comentarios