¡No más Santos!

Ricardo Ferro

Como si no hubiera sido suficiente con ocho años de Santos en el poder, ahora, cuando no ha transcurrido ni un año de haber dejado el Palacio de Nariño, reaparece el ex mandatario tratando de torpedear el gobierno del actual Presidente y acomodando la historia a sus intereses.

Afortunadamente los colombianos ya lo conocimos (y padecimos), y no nos va a confundir a estas alturas del partido.

Santos mintió para llegar al poder, mintió para reelegirse, mintió durante su gobierno sin sonrojarse, y ahora está mintiendo en calidad de expresidente cuando se atreve a escribir un libro que parece estar más en el espectro del deber ser, que en el del ser.

Que bueno habría sido para Colombia que el ex presidente hubiera actuado de la forma en que se auto describe en el libro. Seguramente no estaríamos metidos en el galimatías en el que nos encontramos, con una paz que habrá que irse a vivir a Noruega para entenderla como tal, y en cambio sí, con un dolor de patria por cuenta de un proceso inconcluso, desequilibrado, desfinanciado y lleno de promesas incumplidas, sumado al escandaloso despilfarro de recursos públicos que dio lugar tanto a nuevos ricos, como a ricos que pasaron a ser multimillonarios escudados en contratos que se derivaron de sus ‘altruistas’ labores en beneficio de la paz.

Es vergonzoso que hasta ahora se estén escuchando realmente las víctimas, y que en cambio hayan sido los victimarios los únicos que hayan hecho parte de un proceso que requería de todas las partes para ser exitoso.

En una de las últimas apariciones públicas de Santos como presidente también mintió, cuando expresó ‘a boca llena’ que dejaría gobernar a su sucesor y no se inmiscuiría. El tiempo demostró lo contrario, al igual que sucedió con sus promesas de campaña.

El país tiene que estar alerta, porque pueda que el regreso de Santos en principio se materialice en unas historietas ‘pos Nobel’, pero lo realmente preocupante es que se esté rearmando la nefasta ‘Unidad Nacional’, con unos entorpeciendo la labor legislativa, otros incendiando las comunidades inconformes por cuenta de los propios cheques chimbos que firmó el ex mandatario, y unos y otros cerrando filas en las elecciones venideras para consolidar unas estructuras que sirvan de soporte para el 2022.

Si bien es cierto, Santos terminó muy desgastado y eso se evidenció no solo en las encuestas, sino en las mismas urnas, hay que tener en cuenta, que los cambios que se vienen dando en el gobierno de Iván Duque, entiéndase ‘no más mermelada’, dejan a algunos políticos con la tentación de mirar el retrovisor, no con ojo crítico, sino más bien con nostalgia, y eso puede ser lo que termine considerando Santos como una oportunidad.

Representante a la Cámara

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