Unas de cal y otras de arena

Ricardo Ferro

Dos colombianos ganan Wimbledon, un colombiano queda goleador de un Mundial de fútbol, una colombiana es Campeona Mundial de salto triple, los colombianos hacen parte de la élite del ciclismo mundial, una colombiana es la primera mujer latinoamericana que corre en Fórmula 1, un equipo colombiano gana la Copa Libertadores Femenina, una bicicrosista colombiana gana el oro olímpico, un boxeador colombiano se corona campeón en la categoría semipesado de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Una apneista colombiana tiene el récord mundial en peso constante con bialetas, con una profundidad de 86 metros en dos minutos y 57 segundos bajo el agua, un colombiano es el gran maestro internacional de ajedrez, un gimnasta colombiano tiene dos oros sudamericanos y tres oros centroamericanos, un equipo colombiano se consagra campeón mundial en patinaje.

Junto a la música, el deporte hace que la marca país redunde a nivel internacional. Los éxitos de los deportistas colombianos en el mundo son motivo de orgullo para todos nosotros. Soñamos y creemos en ellos. Adicionalmente, escuchar el himno nacional en cualquier parte del mundo siempre nos hará acelerar el corazón.

El pasado viernes el Presidente de la República sancionó el proyecto de ley número 285 Cámara 078 Senado de 2018 por la cual se transforma el Departamento Administrativo del Deporte, la Recreación, la Actividad física y el Aprovechamiento del tiempo libre (Coldeportes) en Ministerio del Deporte. Por fin, este Ministerio es una realidad.

Convertir a Coldeportes en el Ministerio del Deporte, es un merecimiento que genera mayor inversión de recursos para el fomento del desarrollo deportivo, tener una política de estado del deporte.

Hoy a través del deporte se enseña y se aprende muchísimo, pero el hecho de tener un Ministerio, debe llevar al país a una revalorización del deporte, a un crecimiento continuo como instrumento que genere bienestar, calidad de vida y equidad. El ahora Ministro, podrá radicar proyectos de ley para que sean discutidos en el legislativo, tener voz y voto en el Consejo de Ministros, contar con la sistematización del deporte, es la alegría de que muchos niños y jóvenes de las nuevas generaciones tengan más oportunidades.

Colombia es en este momento cuna de deportistas que triunfan a nivel mundial, pero lamentablemente para el Tolima es muy difícil hacer parte de esta fiesta sin siquiera tener dónde entrenar. La ausencia de escenarios y la precariedad de los pocos que tenemos, nos dejan por fuera del ring, en desventaja, porque para un deportista más allá del talento es la constancia en el entrenamiento, el acondicionamiento físico, su nutrición, así como el acompañamiento médico y psicológico lo que lo lleva a ser un ganador. Es decir, entre mejores sean las condiciones, más oportunidades habrá de estar a la altura de la competencia en el deporte, y la verdad hoy en día, que el bunde tolimense se escuche a nivel nacional y que un tolimense haga sonar el himno nacional a nivel mundial, es un sueño difícil de alcanzar. No porque no tengamos la materia prima, entiéndase los deportistas, sino porque no tenemos es donde potencializar esa materia prima.

Una vez más, el llamado es a organizar la casa, a dejar de echar discursos veintejulieros y más bien acabar con esa revictimización constante a nuestros deportistas.

Primero eso, y después a pensar hacer la tarea para que Ibagué y el Tolima sean sede de algunas justas importantes en el corto plazo.

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