El manejo de recursos públicos

Cicerón Flórez Moya

Hay aspirantes a cargos de elección popular con discursos de diferentes modelos para los públicos a los cuales se dirigen. A veces dicen mucho con vaguedades y sin precisiones. O no dicen nada por incapacidad para armar alguna propuesta. Algunos se exceden en demagogia o zalamerías creyendo que esa audacia les sirve de carnada para cazar votantes. Lo cual da buenos resultados en ciertos casos. Hay también, sin duda, candidatos que hacen bien la tarea, sin turbideces, sin venderle el alma al diablo o a cualquier traficante del poder.

Pero es necesario darle a las campañas electorales un contenido más ajustado a las soluciones que requieren problemas de impacto colectivo acumulados por los desvíos de la función pública. Esto impone luchar contra todas las formas de corrupción en términos concretos, a fin de que los recursos oficiales no sean destinados al enriquecimiento de unos pocos sino que se apliquen al bienestar de la gente.

Uno de los compromisos básicos de los partidos, para el fortalecimiento de la democracia en las elecciones debiera ser la eliminación de la compraventa del voto. Sin la presión del dinero sobre los ciudadanos, las campañas no costarían tanto y por consiguiente no se caería en la tentación de utilizar la contratación en el pago de deudas asumidas para la financiación de un candidato.

Los compromisos de Gobierno en el posconflicto tras el probable acuerdo de paz no podrán confiarse a servidores que tienen la mano larga para alzarse con el presupuesto. Esta nueva fase de la nación impone honradez de parte de los funcionarios y de quienes tienen influencia en el manejo de lo público. Lo cual debe tomarse en cuenta a partir de la provisión de cargos mediante el voto de los ciudadanos.

¿Por qué no intentar un encuentro entre los aspirantes a cargos de elección popular que lleve a un acuerdo entre ellos de obrar con rectitud, como es su deber, en el desempeño de las funciones que puedan asumir? Es un pacto de decencia, mediante el cual la política y la Administración tendrían depuración en beneficio de la comunidad en general.

Hay que insistir en que la política debe servir como palanca de buen Gobierno y no como atajo hacia la depredación de los recursos oficiales. Por eso tiene tanta importancia elegir con acierto a los gobernantes, en cualquier cargo. En octubre de este año se concurrirá un vez más a esa prueba de nuestra llamada democracia.

Puntada:

La solidaridad con Venezuela no debe ser para atizar una salida de fuerza con respecto a su Gobierno, sino de fortalecimiento de la democracia. El caso del golpe contra Salvador Allende en Chile en 1973 no pude repetirse.

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