La iluminación de la ética

Cicerón Flórez Moya

La muerte de Javier Darío Restrepo abre un vacío en el periodismo. Aunque su legado seguirá vigente, como guía de la transparencia, la ausencia de su palabra es una resta lamentable por todo lo que representa en la preservación de principios ineludibles.

Tomás Eloy Martínez reseña con mucha precisión en el prólogo de “El zumbido y el moscardón”, uno de los libros de Javier Darío Restrepo, en estos términos:

“En los tiempos de tentación autoritaria y de pérdida de fe en las instituciones democráticas, el periodismo suele ser el último refugio de los sensatos. Y aún en las épocas menos aciagas, la comunidad vuelve sus ojos hacia él en busca de respuestas responsables a problemas complejos.

“Javier Darío Restrepo es, quizás, el profesional latinoamericano con mayor autoridad para disipar esas dudas. Sus estudios de teología y filosofía en los seminarios de Manizales y Cartagena le aportaron el rigor que asoma en cada una de sus ideas. Aunque fue durante muchos años el mitológico defensor del lector en el diario El Tiempo, quizá ningún rasgo lo describa mejor que su trabajo en el noticiero televisado 24 Horas de Bogotá, en el que cubría los enfrentamientos entre la guerrilla y el Ejército sin aparecer casi nunca en cámara, porque su imagen –decía entonces- “puede robarle tiempo a la información”.

“Su libro “Ética para periodistas” sigue siendo un instrumento de uso obligatorio en las redacciones de todo el continente. Las enseñanzas que imparte desde hace ocho años en los talleres de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano y los debates del Consultorio Ético que mantiene en su página web conforman a la vez un cuerpo de doctrina vastísimo, que se renueva todas las semanas”.

Javier Darío Restrepo aplicó su vasto conocimiento humanístico, con énfasis en los saberes éticos, al periodismo para hacer de este oficio una fuente de respuestas válidas a la mejor comprensión de los hechos que mueven la existencia de la sociedad. La ética como preservación de la certeza, de la justicia, de los derechos, de la libertad y de tantos valores destinados a enaltecer la vida.

“La ética –insistió- no es una condición ocasional sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón”.

ciceronflorezm@gmail.com

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