En relaciones internacionales no hay amigos, hay intereses dicen los expertos. Sin duda eso fue lo que llevó al presidente Juan Manuel Santos y a su Canciller a dar un viraje total en las relaciones con el régimen totalitario pro FARC de Venezuela.
El arte de gobernar es el de tomar decisiones difíciles, de resolver problemas y el de dejar políticas sostenibles de largo plazo que transforman una sociedad. Eso es el verdadero buen gobierno. Y los ciudadanos, a pesar del vaivén de las encuestas, al final lo reconocen.