“Sir yes sir!”

Juan Manuel Galán

La semana pasada fue la primera visita oficial del presidente Iván Duque a su homólogo Donald Trump en la Casa Blanca. Había gran expectativa en el país sobre los temas de la agenda bilateral. Uno sin duda, sería la situación en Venezuela, con la esperanza de que se explicara el inconveniente episodio de las 5.000 tropas del bloc de notas de John Bolton, secretario de seguridad nacional.

Otra temática importante era la llamada “guerra contra las drogas” frente a la decisión del Gobierno Duque de reactivar la aspersión aérea con glifosato como método para disminuir la producción de clorhidrato de cocaína. Recordemos que está comprobado que no es una opción viable en esa lucha y que es onerosa para nuestro país. Un estudio de Pascual Restrepo del MIT y de Sandra Rozo de Ucla, demuestra que por cada hectárea asperjada los cultivos ilícitos se reducen en 0.035 hectáreas. Es decir, que para eliminar una hectárea sería necesario rociar 30, a un costo de U$ 72.000, de los cuales los Estados Unidos pone 1 dólar y el nuestro 2.2 dólares.

Según Miguel García del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, en zonas donde se ha llevado a cabo esta política se genera desconfianza por parte de la población en las instituciones del Estado y en la Policía.

Lamentablemente ninguno de estos temas se abordó y ahora la incertidumbre es mayor. Tenemos que ser conscientes de que, ante una posible intervención militar en Venezuela, nuestro país sería el más afectado en todos los escenarios. No es posible que cuando le preguntan al presidente Trump sobre el envío de tropas a nuestro país, responda “ya veremos”, y el presidente Duque guarde silencio.

El Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno, Suprema Autoridad Administrativa y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, juró el pasado 7 de agosto cumplir con la Constitución y la Ley, se obligó a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos y a velar por el respeto a la soberanía nacional. Lo que sucedió en Washington es un claro incumplimiento de la Carta.

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