Nobel de Paz para Greta

Juan Manuel Galán

Greta Thunberg, una adolescente sueca de 16 años, desde agosto de 2018 todos los viernes no asiste a su colegio, para protestar por el calentamiento global con un cartel frente a la sede de la asamblea legislativa de su país.

Ha participado en numerosos eventos ante el Parlamento Europeo, la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, el Foro Económico Mundial de Davos, entre otros, donde ha dicho la verdad en forma clara, sin buscar falsas justificaciones en ideologías políticas.

En la Cumbre del Clima de la ONU en diciembre de 2018, Greta envió un mensaje contundente y sabio a muchos falsos políticos de su país y del mundo: “El verdadero poder solo le pertenece a la gente”. Los exhortó a hablar claro sin importar lo incómodo que sea, a no temerle a tomar acciones necesarias pero impopulares y dejar de hablar de salir adelante con las mismas ideas, cuando la única solución es activar el freno de emergencia. Agregó que no se puede solucionar una crisis sin tratarla como es y llamó la atención a trabajar verdaderamente en busca de la igualdad y la equidad.

Su activismo la convirtió en referente para miles de estudiantes que en más de 270 ciudades del mundo se han unido a la protesta contra los gobiernos por la pasividad ante el riesgo climático. A su corta edad, Greta ha ganado premios y reconocimientos en el mundo. Recientemente fue nominada al Premio Nobel de Paz. De otorgársele se convertiría en la persona más joven en recibirlo, luego de que Malala Yousafzai -17 años- lo ganara en 2014.

Su causa es inspiradora para todos los que le apostamos a un futuro mejor. La lucha en nuestro país es por el cambio climático, la deforestación, la propiedad de la tierra, la participación política, la falta de carreteras, servicios públicos, salud, educación y por el acceso a unas condiciones de vida favorables y equitativas.

Estamos próximos a cumplir 200 años de independencia y en gran parte del territorio persiste el abandono del Estado ¿Por qué no hay soluciones? A muchos políticos se les olvida que se deben a la gente, y que, como dice Greta, el poder solo le pertenece a la gente.

Su mensaje debe trascender en nuestro país agobiado por la polarización, las noticias falsas y los señalamientos injuriosos y calumniosos. Es apremiante que la clase política deje a un lado los sectarismos y el fanatismo hacía una ideología o persona como si fueran una verdad absoluta y en cambio, actuar y tomar acciones que garanticen calidad de vida, justicia social y equidad.

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