Homenaje a la imbecilidad

Muy difícil definir si la corrupción está mejor representada por la dirección del fútbol o por la dirigencia del Partido Conservador. Tan difícil como desconocer que está flotando en el aire parte de la herencia de Pablo Escobar legada al fútbol y a la política.

Carajaditas para exhibir en un museo delincuencial y pasarela para que el Presidente del Senado muestre su pasado 'paraco' y reciba aplausos por su proyecto de impunidad parlamentaria.    

Censura para el Presidente del Directorio Nacional Conservador por no haber puesto a disposición del Bolillo, o de monseñor Ordóñez, para retiros espirituales del Opus Dei Anus Damus, el prostíbulo que le aflojó la DNE. Se tiene la sensación que los voceros y testaferros del narcotráfico en el fútbol siguen pataleando en su muladar, mientras rebuzna Álvaro González de Fedefúbol, creyendo que defiende a Bolillo, aplaudiendo la violencia contra la mujer e irrespetando a Piedad Córdoba, mujer abanderada de la reconciliación y la paz de Colombia.

Lástima produjo la metida de cascos de la senadora Liliana Rendón pateando barbaridades contra las mujeres, con la intención de beneficiar a Bolillo Gómez y para ratificar por qué “los hombres las prefieren brutas, pero no tanto”. Tanto semoviente suelto pone de manifiesto la necesidad de volver al coso, ese espacio cercado que los municipios destinaban para los animales no controlados por sus dueños y del que tuve que liberar, pagando multa, a mi caballo chureco, para seguir cargando maletas desde La Pava, sitio hasta donde llegaba la carretera que se está pavimentando desde hace más de medio siglo hasta Santa Isabel. La que sí no resultó tan inútil fue la Comisión de Investigaciones y Acusaciones de la Cámara de Representantes, que armó un montaje y se prestó para que el “chuzador y culebrero” armara su tarima contra la Corte Suprema de Justicia, le faltara al respeto a las víctimas y volviera a disparar por lo bajo contra la mujer, esta vez representada por Piedad Córdoba.

Demasiado difícil encontrar algo de autoridad moral en dirigentes conservadores condenados o procesados por crímenes que atentan de manera grave contra la ideología del partido, que propende por la defensa de los principios cristianos, la vida, la mujer, la dignidad humana, la justicia, la honestidad, la solidaridad, las instituciones, la paz y los pobres.

Preocupa no poder entender las razones para que visitantes de Pablo Escobar en la Catedral y mandaderos de los narcotraficantes del fútbol reciban como sanción moral el aplauso de un pueblo y figuración de un deporte que podría ser de utilidad para exaltar valores, fomentar la tolerancia y el respeto por la vida, la mujer y la dignidad humana. Siendo el fútbol un deporte también practicado por mujeres, lo menos que se puede pedir es que allí se tenga, como algo fundamental, el respeto por la mujer, que jamás puede ser tratada a los bolillazos, como los que le dan a la ideología conservadora sus dirigentes, esos que aplauden las babosadas de Pachito y que están dejando sin audiencia a RCN.

ÑAPA: suena bien la idea que camina de un Festival Folclórico alterno al oficial, que dejó lo folclórico por lo comercial y lo cantinero.

Credito
HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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