Berracundeo: Soñando recuerdos

Nada que me dormía. Ensayé la contada de ovejas y no dio resultado. Infusión de lechuga con manzana con iguales resultados.

Un manojo de dormidera debajo de la almohada y nada. Medio frasco de valeriana y la misma vaina. Media hora de ignominias de José Obdulio e insomnio completo. Videos de Uribe justificando los actos criminales de los miembros y de su pandilla y solo un poco de tristeza. Tocó cambiar de táctica y medírmele a los recuerdos para charlar con algunos amigos.

Me encontré con Antonio Kamacho el teatrero, pintor y luchador contra la injusticia. Llevaba tres trasnochadas sin sacar punta en un montaje para enseñarles a los campesinos a recuperar sus tierras sin  utilizar la violencia. Me contó con pelos y señales lo de la obra montada con Roberto Ruiz que prendió la UT en los días que Leovigildo Bernal por equivocación cayo en la rectoría y no en una pesebrera. Después de presentarme a su taita, el Tigre Camacho, nos sentamos a comer prójimo, el mejor plato para eludir la politiquería. Hablamos de la importancia de predicar sobre la virginidad en los prostíbulos o de honestidad en el congreso, hasta que se dio sus mañas y me disparó. Mi viejo cumple años y quiero hacerle un buen regalo. Hágale papá. Eso quiero, pero me tiene que colaborar. Barájela despacio para no tener que traducir a mi inglés guambiano.

Fácil Heticor! Le doy dos paisagones por una de sus vítrolas que mi viejo y mejor amigo sueña con un aparato de esos. Esa victrola me acercó tanto al Tigre que fui comisionado para darle la noticia de la desaparición de Antonio. Salimos a cerveciar y a hacer el recorrido, diez y seis – diez y nueve, de sus recuerdos. Cuando le pregunte por Antonio aseguró que estaba organizando viaje para Centroamérica, que estaba de acuerdo con ese viaje porque era lo que le gustaba a su hijo. Antonio ya viajó y me advirtió que por seguridad no se volvería a comunicar con la familia ni los amigos. Eso está bien, lo respaldo en todo. Si eso lo hace feliz, me siento feliz.

Al día siguiente quien prostituyó el periodismo en el Tolima abonó varias fincas con la miércoles que soltó sobre Antonio. A mediodía tenía al Tigre vaciándome por tratar de ocultarle la verdad, tema del que lo saqué para hablar del San Juan. Ese día uno madrugaba a brindar con un trago de mistela y pedacito de bizcochuelo y el rito de ¡!! Iiiiii San Juan ¡!!! Me habló de su vida de fotógrafo, incluyendo la anécdota de la juez que le hizo el reclamo por qué no había quedado bien en la foto tomada por el Tigre y él solo le respondió: solo soy fotógrafo y no hago milagros.

En el Palacio de Justicia tenían el cuento que la de la foto era la misma persona que era malita para conducir y cuando llegaba a parquear su carro le pedía ayuda a un subalterno. Fulanito con mucho cuidado enseguida del carro del magistrado, metámelo con cuidado que de pronto lo daña. La ayuda se repetía a la salida del trabajo. Sáquelo con cuido, con mucho cuidado. De pronto me acordé que cuando me acostaba a los pies de mi bisabuela me quedaba dormido repitiendo las oraciones de la noche. Infortunadamente, no me acuerdo del texto de las oraciones. Perdí el remedio.

* ÑAPA.-Sorprende la falta de sentido de pertenencia de los habitantes de Cajamarca y de los tolimenses. Van dejar sin agua a Cajamarca y medio Tolima y todos de rodillas ante el contaminador y el depradador. El Cañón Combeima va por el mismo camino porque lo llenaron de licencias de explotación. Y para allá van los cerros de Ibagué. Mientras que los ibaguereños toleran todo como solemnes e irresponsables pendejos.

Credito
HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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