Nada de nada

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Nada que se investigan las cuentas y los cheques por otros cobrados, que aparecieron en cuentas de la Dirección Municipal de Cultura. Cuentas y cheques. Qué más indicios podrían servir para demostrar la existencia de los tan mencionados carruseles con dineros del Estado?

Al cuento se puede agregar la falta de ética de un miembro de la junta directiva de la Corporación Festival Folclórico, que actuó por debajo de la ruana en perjuicio de la Corporación y en beneficio de una entidad sin trayectoria cultural a través de un contrato merecedor de una revisión por los entes de control, tan inútiles como las tetillas masculinas.

Las incapacidades para no atender las citaciones del Concejo Municipal y explicar lo sucedido, resultan a los ojos de los representantes del pueblo, plenamente justificadas. Sin embargo, lo evidente es que las disculpas carecen de fundamentos legales y resultan inútiles para justificar el despelote administrativo y la mano de asesores que muestran menos resultados que el columnista fletado, que cree defender a su patrón, atacando al duro competidor de quien promete continuar la gestión actual que solo ha demostrado incapacidad a todos los niveles.

Lamentable, por decir lo menos, el golpe bajo de la administración al Festival Folclórico Colombiano. Se sumó a la comercialización de la fiesta auspiciada por el personaje que no contento con prostituir el periodismo en el Tolima, hace lo mismo con las fiestas populares. Todo por el billete. Esto lo que pone de manifiesto es el pésimo manejo de la cultura a nivel regional, que han liderado expertos en construir andenes que siempre se les caen, analfabestias en temas de cultura y de folclor. Simples comodines de politiqueros. Lo cierto es que la Cultura anda manga por hombro en el Tolima, disparando con escopetas de fisto pólvora mojada y siendo explotada por expertos en robar a nombre de la misma.

Esto explica, entre muchas otras cosas, que no se quisiera hablar el 18 de junio de la primera liberación de esclavos realizada por José Antonio Galán, en la mina de Malpaso de Mariquita en 1781. El hecho histórico más importante llevado a cabo en el Tolima.

Con toda razón, en ese contexto, se abandonó el patrimonio histórico de Ambalema, con los chanchullos no investigados y, para solo citar otro ejemplo, el del municipio de Ibagué, la carencia de dolientes solo es explicable por la incapacidad de los responsables de su conservación y por la falta de sentido de pertenencia de todos los tolimenses.

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Los que roban acciones y a los accionistas, los que roban a los ahorradores y le maman gallo a la justicia. Los que roban a los trabajadores, como a los de Invercolsa. Los que organizaron el Pacto de Recoletos con los narcos, cuadraron el negocio de las basuras en Bogotá, ganaron elecciones con plata de los narcos, compraron la absolución del elefante en la Comisión de Absoluciones, representan a Colombia en un organismo internacional y ahora manipulan su partido y atacan al candidato de dicho partido a la alcaldía de Bogotá, con la ayuda , entre otros, de Viviane Morales, experta en ética, al punto que se le vio muchas veces de la mano de su marido Carlos Alonso Lucio, reforzando la ideología de los paramilitares, como lo afirma Mancuso. Vivir para ver.

Los dirigentes políticos de los cuarenta utilizaron la violencia para apropiarse de tierras del Sur Oriente del Tolima y después perseguir hasta con bombardeos, a los despojados.

Los que apoyaron a los paracos, para con sangre conseguir votos y tierras. Los delincuentes que venden lotes ajenos y construyen sin licencias para robar ingenuos. Los lores y marqueses que han tratado de robarse el lote de la Coral Ciudad Musical, con el agache de funcionarios y entes de control. Los que compran y venden justicia, como en cualquier burdel, nada que ver con el vergonzoso caso de los magistrados Pretelt y Villarraga.

Los responsables de los falsos positivos, que siguen disfrutando ascensos y luciendo condecoraciones ganadas con sangre de inocentes. El dinero se convirtió en la fuerza motora del comercio y de los espacios recreativos. Y los artífices del cuento siguen en lo mismo. Esto no cambia. Ni las promesas de quienes saben que las elecciones solo sirven para rotar ladrones.

Las víctimas de la Hacienda Bella Cruz, que lo fueron con complicidad oficial, siguen sufriendo la misma complicidad. El criminal Luis Camilo Osorio se pavonea sin rendir cuentas por su inmejorable colaboración a los paracos del 2001 al 2005 su nefasto periodo como fiscal.

El actual fiscal, recordando su exitosa ventiada por Saludcoop, sin inmutarse porque nadie lo investiga mientras da rienda suelta a su lengua politiquera. Pachito intentó sin éxito el Bloque Capital y nadie le averigua sus intenciones. Ahora nos inundan con homenajes a un femenicida que quieren convertir en Patrimonio Cultural de Colombia.

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