¿A quién engañas abuelo ?

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Quienes quieren volver trizas los acuerdos de paz, como arma politiquera, están quemando pólvora mojada. Se suspendieron las acciones militares, desaparecieron las Farc Ep como guerrilla insurgente y la implementación de los acuerdos solo llega al 17%.

Lo acordado en La Habana no incluyó el modelo económico ni los tratados de libre comercio; lo previsto sobre paramilitarismo y la reforma agraria son un chorro de babas. Todo lo que el gobierno dice defender quedó asegurado.

Los derrotados con lo convenido en La Habana fueron las Farc Ep y quienes esperaban cambios importantes que permitieran lograr progreso y bienestar para los colombianos.

Lo único que ganaron las Farc Ep, hasta el momento, fue la oportunidad de obtener un poco de representación en los cuerpos colegiados. Representación que no alcanzará a llegar a la tercera parte de la representatividad que lograron los paramilitares con el respaldo de empresarios y organismos del Estado, incluyendo la Fiscalía, en épocas del nefasto Luis Camilo Osorio.

Todo se reduce a beneficios electoreros y ojalá lo hagan pensando en el futuro del país, ahora entretenido en los monumentales escándalos de corrupción, frente a los cuales el Fiscal General oficia de maromero, tratando de aparecer como ajeno e imparcial, frente a los procesos protagonizados por delincuentes, de sus entrañas, con argumentos sin el sentido de humor de su taita.

Es lamentable que en lo acordado con La Habana no se le prestara ninguna atención a la cultura, la investigación, la ciencia, la educación y de verdad a la problemática de campesinos e indígenas. Bueno hubiera sido pensar en la importancia del patrimonio cultural y la “fiesta popular” como factor de integración y conciliación, algo en lo que el Tolima ha dado ejemplo, desde 1959, con el Festival Folclórico Colombiano.

La música es la huella dactilar del Tolima (J.E. Barbosa), que nos llama a la conciliación y nos recuerda a Jordi A Jauset, especialista en Psicobiología y Neurociencia cognitiva, cuando afirma que la música es innata al ser humano, desarrolla humanos íntegros y estimula la neuroplasticidad cerebral.

No sobra recordar los orígenes de la violencia que llevaron a la creación de las Farc Ep y que se concretan en la arremetida violenta de terratenientes, Ejército y chulavitas contra campesinos liberales y colonos. A estos ataques las víctimas respondieron con grupos de autodefensa, inicialmente liberales y luego respaldados por los comunistas, hasta cuando se presentó la división entre los “sucios” y los “limpios”, división que aprovechó el Ejército para organizar el batallón de San Antonio, integrado por conservadores de este municipio tolimense.

No hay que descubrir que el agua moja para entender las razones de quienes se oponen al proceso de paz y le ponen palos a las ruedas de la reconciliación. Nada de prohibir el paramilitarismo y menos que se sepa la verdad. Así defienden su poder económico y político.

*.- Ñapa: La Coral Ciudad Musical celebra sus cincuenta años de existencia con un extraordinario concierto en el Teatro Tolima, el 18 de octubre a las 7 p.m. Una oportunidad para demostrar solidaridad con quienes han dedicado su vida a conservar nuestro Patrimonio Musical.

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