Yo tengo un sueño….

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Pararse al lado de la placa que conmemora el discurso de Martin Luther King, conocido como “Yo tengo un sueño” es una experiencia impactante y conmovedora. Personalmente, se acrecentó la emoción, al escuchar de voz de mi hermano Tony Galeano (el mejor guía profesional en la fascinante Washington) todos los detalles de ese histórico 28 de agosto de 1963.

Son más de cuatro décadas, de unas palabras pronunciadas por un hombre que abanderó la lucha por la igualdad y los derechos civiles, en una nación diversa, que hoy todavía sigue luchando por otorgar las mismas oportunidades a sus habitantes.

No obstante, la actual coyuntura, solo puede ser calificada como desafortunada, debido a que Trump, un descendiente de inmigrantes, dedicó su primer año de mandato a destilar odio en contra de todo ser humano con piel, etnia o religión distinta a las que supuestamente caracterizan a la extrema derecha norteamericana.

Es obvio, que su “discurso” lo condujo a la Casa Blanca. Sin embargo, luego de 365 días en el poder, la mayor parte de la sociedad estadounidense se arrepiente de haber elegido a un hombre, que pareciera querer devolver al país al siglo XIX.

Por su parte, Colombia, ad portas de unas elecciones, vive en “carne propia” la incapacidad de diseñar, planear y ejecutar un mejor futuro para todos los colombianos.

Una tradicional y corrupta clase política, de manera sagaz canalizan los miedos de una sociedad que paradójicamente, ve con temor la paz y la inclusión social.

No extraña que una senadora, aspirante a continuar en la Cámara Alta, proponga públicamente y sin la menor vergüenza, construir barreras que dividan en el Cauca a los afrodescendientes, indígenas y “blancos”.

Tampoco es difícil entender, las razones que tuvo una representante, para negar una verdad histórica irrefutable, como fue la masacre de las bananeras.

Aunque la voz de Martin Luther King, fue callada por balas asesinas, esas palabras pronunciadas en frente al monumento de Lincoln, están más vigentes que nunca en muchos rincones del planeta. Colombia es el ejemplo más claro. Nos convertimos en un país inequitativo y excluyente.

Desafortunadamente, ninguno de los partidos con mayor dinero y poder, posee algún líder o candidato que tenga el sueño de un mejor país. Sin duda, es la oportunidad para que los colombianos, soñemos e imaginemos una mejor nación. Un país como el que soñó Martin Luther King para los Estados Unidos hace más de 40 años.

Analista internacional

@hgaleanodavid

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