Ní an se sabe

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Ahora que la palabra empeñada vale una víspera de jueves, que se hacen esfuerzos por obstaculizar la libertad de expresión, que los posibles testigos huyen por temor a ser envenenados y que pusieron de moda las cortinas de humo, salen al ruedo temas que esperan se ponga en marcha la tan prometida transparencia.

El caso Odebrecht tiene mucha tela para cortar pero faltan tijeras y sobran triquiñuelas para favorecer la alianza Martínez-Sarmiento, una especie de chirimbolo por donde ruedan como dados cargados los integrantes del matrimonio justicia-empresarios. Lo más seguro es que les vamos a salir debiendo.

El repudiado acto de terrorismo en la Escuela de Policía General Santander, que unió a los colombianos contra la violencia, puso al descubierto fallas en los servicios de inteligencia y de seguridad y dio espacio a pantalleros oportunistas que sin decir la verdad hicieron afirmaciones, posaron de eficientes y ahora andan enredados con sus escarpines sucios.

Dizque no han podido cuadrar chivos expiatorios. Desafortunadamente esta tragedia fue utilizada politiqueramente por los enemigos de la paz que ante la confesión del ELN, mandaron al carajo los gobiernos y organizaciones que prestaron su colaboración a Colombia en el proceso de paz y ahora enviaron los protocolos al escondite de pruebas.

Necesitan la guerra que les ha dado poder y no pueden imaginar un país en paz, y lo justifican utilizando los medios de su propiedad y periodistas fletados. La sistematicidad en el asesinato de líderes sociales solo ha servido de plataforma para que el ridículo ministrico de guerra lance sus estupideces. Es muy claro que se está acudiendo a estructuras armadas para neutralizar los intentos de cambio y desaparecer a los contradictores políticos. No es difícil imaginarlos muertos de la risa porque volvieron trizas la paz.

Ñapa 1.- Si Maduro ganó su presidencia con trampas y le está pasando lo que estamos viendo, ¿qué se puede decir de las elecciones que han ganado muchos politiqueros colombianos, patrocinados por mafias, especialmente el ex presidente que no vio el elefante que lo acariciaba con el moco?.

Ñapa 2.- “No se educa para tener, se educa para ser”. Es una frase de la Rectora de la Universidad Nacional de Colombia, a la cual añadiríamos: “Y para servir”.

Comentarios