Nuestras tradiciones

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Expertos internacionales de turismo afirman que los mejores destinos turísticos son los pueblos que conservan sus tradiciones, que son los que se salvan de la globalización. Esas tradiciones incluyen el patrimonio cultural inmaterial y material. Esto debería llamar la atención del Tolima en donde la mayoría de los municipios no le ponen atención a la cultura porque normalmente no se entiende lo que significa y el presupuesto que le asignan se gasta en nimiedades.

Hay que hacer un esfuerzo sostenido por entender el significado de cultura y para que las comunidades se apropien del gran valor que encierra su identidad cultural, incentivar el sentido de pertenencia, conservar y revivir las tradiciones que incluyen honestidad, solidaridad, el valor de la palabra empeñada, el respeto a la vida y a la mujer, entre otros.

Sobran ejemplos del inadecuado rumbo tomado por nuestras fiestas tradicionales, que hacen parte de nuestra cultura, en las cuales no se da importancia a los músicos regionales, las danzas, ahora alteradas en su esencia, las artesanías, las viandas y la autenticidad. Muy poca o ninguna atención a Mariquita, Honda, Ambalema, Guamo, Natagaima, Dolores, Alpujarra y Purificación, para citar unos ejemplos de municipios que deberían ser destinos de turismo cultural.

Ni hablar del abandono del Arte Rupestre de Alpujarra, Dolores, Prado y Purificación, que podría ser un excelente destino turístico si se le da vida al que sería el mejor corredor de Arte Rupestre del país. Mucho por hacer y por rescatar, si valoramos la riqueza cultural que tenemos y mandamos al carajo la delincuencia cultural.

Ñapa 1.- A propósito del libro de Humberto de la Calle- “Revelaciones al final de una guerra”, dice el escritor Juan Gabriel Vásquez en el prologo que: “(…) Es un retrato de las dificultades endémicas que supone, en este país roto, desactivar en una sola negociación una violencia de múltiples actores y varias generaciones de existencia. Es una visita guiada a los acuerdos de paz, con el añadido de que la visita la lleva a cabo uno de los que mejor conocen el museo, de manera que nos encontramos ante esta paradoja dolorosa: si este libro se hubiera conocido antes, tal vez los acuerdos no se hubieran rechazado; pero el rechazo de los acuerdos, con todas sus consecuencias políticas, fue justamente lo que llevó a la escritura de este libro”. (Penguin Random House, 2019, pág. 13)

Ñapa 2.-Un trío interpretaba música colombiana para complacer a un grupo de seis personas que tertuliaba en Bohemia Coffe Bar cuando entró galopando un policía con ínfulas de general. Vengo a poner un comparendo. Por qué? Porque me llamaron por el ruido. ¿Tiene sonómetro? ¿Me está desafiando? Parte de los integrantes eran periodistas que trataron de convencer al policía de su metida de escarpines. Se cierra el negocio a las 9:30 p.m. por temor a que la serenata quedara a cargo de los policías que no contaron tras de qué iban. Un buen ejemplo de apoyo a la música en la Ciudad Musical de Colombia y la mejor forma de combatir el desempleo.

Ñapa 3.-Tolihuila (Emco-Salud) …ejemplo de mala atención a sus usuarios, especialmente maestros pensionados. Empleados que maltratan a quienes solicitan los servicios, no se respetan los turnos, toman del pelo con los medicamentos. No tienen la menor idea de respeto por la dignidad humana. Un negocio de mala muerte que no debería soportar el Tolima.

Ñapa 4.-Después de una noche de cuentos de espantos con su hermano mayor, el chinche la narró así: “Juan Pablo se cagó de miedo”. (Minicuento de Juan José Galeano Torres. 7 años).

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