Camilo regresa con testigo

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

El padre Camilo Restrepo muere el 15 de febrero de 1966 y en el 2015 se reencuentra con el padre Javier Giraldo en un diálogo extenso que incluye visitas a amigos, charlas con líderes sociales, participación en protestas y hasta una visita al camino en donde el Ejército lo dio de baja. El Padre Giraldo, investigador de la violencia en Colombia y autor de varios libros sobre el tema, es considerado como “un ser humano de profundas convicciones humanistas, sólidos principios éticos y morales, que se ha parado con rectitud frente a las ofensivas que el establecimiento ha descargado sobre su acción pastoral y su compromiso social.”

Su reencuentro con Camilo en la publicación “Camilo Regresa”, trasmite un ameno relato de ese diálogo con el pasado y el recuerdo de las ideas de Camilo, que tanto asustaron a unos purpurados con enjalma y a la clase dirigente siempre enjalmada y armada para reprimir a los pobres y despojar a campesinos e indígenas de las tierras que requieren las transnacionales, para saquear los recursos del país, sin dejar beneficios a la población, mientras el gobierno y los saqueadores gritan a los cuatro vientos que están trabajando por el progreso del país, pues así llaman a las catástrofes y miseria que dejan a los explotados.

Gracias al encuentro que hace posible el libro, sabemos que los curas fueron a un sector del barrio Jerusalén, donde el padre Giraldo le pidió a Camilo presidir la Eucaristía, algo que no aceptó recordándole que “la iglesia perdió la oportunidad de utilizar su fuerza moral y social para impulsar una transformación profunda de la sociedad hacia un modelo más justo y humano, siguiendo el mensaje de Jesús. Desvirtuó el mensaje del Concilio Vaticano II y de la Conferencia de Medellín y volvió a atrincherarse en la búsqueda de una salvación ultraterrena y en una prédica de sumisión a los poderes perversos de este mundo.”

Si yo hubiese pasado por ese sitio le habría preguntado por los improperios que le lanzaba, de vez en cuando, el cavernario cardenal Concha y de su gran amistad con monseñor Rubén Isaza Restrepo, el de la Gran Misión del Tolima en los años fuertes de la violencia en el departamento, y con Israel Arjona y Jaime Corredor.

Comenta Giraldo que al terminar la misa se les arrimó una anciana con una bolsa de arepas. Madrugué más para poderles ofrecer estas arepas para comer después de misa, y un muchacho que lavaba carros y se ayudaba vendiendo dulces, les ofreció unos cuantos; cuando le dijeron que no descuadrara lo del diario les respondió: “puedo morirme de hambre, pero no me quite la alegría que siento al compartir esto con ustedes”. Un viejo constructor se les acercó para decirles: “Una verdadera comunidad cristiana es la que sabe compartir y preocuparse por los que no tienen qué comer”.

En una reunión en el edificio del sindicato de educadores Camilo invitó a “construir un movimiento que hunda sus raíces en un compromiso ético frente a los millones de colombianos que no pueden solucionar sus necesidades vitales, mientras las riquezas del país son saqueadas por las empresas más ricas del mundo y mientras se asesina y encarcela a todo a todo el que reclama un mínimo de justicia”. En una palabra, los invito a amar a sus a sus hermanos colombianos más oprimidos y a amarlos con un amor eficaz. Muchos recuerdos sobre las ideas de Camilo en favor de los pobres y contra los opresores que divulgó en sus conferencias y en el Frente Unido. Un resumen de las ideas que convirtieron a Camilo en un mártir de los pobres y otro aporte del padre Giraldo sobre la realidad del país.

Otro aporte valioso, divulgado en estos días es ‘El Testigo’, excelente documental sobre la violencia basado en el trabajo fotográfico y periodístico de Jesús Abad Colorado, un gran gestor de paz. Conmueven los testimonios de las víctimas de la violencia, su contacto permanente con ellas y sus mensajes de paz. Masacres realizadas por los ilegales con la colaboración de fuerzas del Estado y el silencio cómplice de la justicia. Un llamado al rechazo a la violencia y a la lucha por la paz.

Ñapa. Le va muy bien a María Fernanda Cabal en su gestión parlamentaria para legalizar el despojo de tierras a indígenas y campesinos. Al que no le va muy bien es al fiscal cianurito con la destapada que le pega el periodista Gonzalo Guillén en La Nueva Prensa. (http//www.lanuevaprensa.com.co/component/k2/el-fisacl-de-colombia-es-un-hampon )

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