Semanazo a la libertad de prensa

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Al terminar la lectura de “Aquí no ha habido muertos” escuché la noticia de la sacada de Daniel Coronell de Semana, algo que me pareció una especie de complemento al libro que hace un recorrido reciente de la historia de la violencia paramilitar desde su iniciación, las convivir, los 12 apóstoles, sus patrocinadores, el apoyo brindado por el Ejército, el blindaje dado por el ex fiscal Luis Camilo Osorio, los falsos positivos, los asesinatos de fiscales, de defensores de Derechos Humanos y de periodistas, la persecución a la Corte Suprema de Justicia, especialmente al Magistrado Iván Velásquez que recibió reconocimiento internacional y le tocó salir del país, como a muchos fiscales y periodistas entre ellos Daniel Coronell y Juan Mosca, y el silencio cómplice de los medios de comunicación que trafican con la información.

No estamos en el 2.006, ni en la época cuando Semana publicaba sin censura los artículos de Ricardo Alarcón, siempre amenazado, denunciando los crímenes de los paramilitares con la colaboración del sector oficial, estamos en los días que las denuncias por violación de los Derechos Humanos solo merecen atención cuando son hechas por los patrones del norte ante quienes Duque tiene sumisión y se siente la falta de solidaridad de los medios con los periodistas que no comulgan con las ruedas de piedra de los dueños del poder. Con la sacada de Coronell, Semana no lava la culpa de ocultar información, solo comete un atentado contra la libertad de expresión, algo que pone de manifiesto su falta de solidaridad con el periodista y de lealtad con sus lectores.

*.- Ñapa.- Escrita por Fabio Castillo, como para abrirle el ojo al periodismo local.

“La libertad de expresión es un derecho colectivo y la libertad de prensa ha sido expropiada por los dueños circunstanciales de los medios de comunicación. De esa tensión de derechos surge la libertad de información que es la fuente democrática del control del poder, del poder estatal y las formas reales de administración de los bienes colectivos. Quienes no ha luchado por ellas, sino que son apenas sus usufructuarios, quieren quedar con las utilidades que genera el ejercicio, pero eluden la responsabilidad social y colectiva que entraña su disfrute: posan de periodistas pero apenas son meros traficantes de información. Solidaridad con el colega Daniel Coronell, la última víctima de un esfuerzo por oxigenar la libertad de expresión en mi país”.

Comentarios