Los moridos

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Lo murieron más de quince veces y cada vez lo anunciaban con bombos y platillos, discursos de presidentes, ministros, generales no procesados por corrupción y el sensacionalismo propio de los medios, más preocupados por lamboniar a los de la pauta, que por la verdad.

A quienes a los pocos días y mirándose los pies guardaban silencio al enterarse de la resurrección del peligroso guerrillero, dado de baja en una heroica jornada en la cual dos brigadas antiguerrilleras derrotaron a quince guerrilleros, los premiaron con condecoraciones y ascensos.

Después de tantas bajas Tiro fijo murió de viejo. No ha resucitado pero sigue vivo en mucha gente que ni se acuerda que las Farc nacieron con menos de veinte hombres en la Esquina Sur del Tolima, el mismo sector donde dejaron en ridículo al cazador que se tiró a la Greca y a Álvaro Gómez con sus repúblicas independientes. Ambos enemigos de los indígenas, de las reservas ambientales y de la paz y siempre indiferentes con la verdad, el verdadero dolor de cabeza de las mafias que se llenaron de dinero y poder con la violencia.

Para todo tenemos una cortina de humo. Se destapa lo de Odebreth y dos testigos claves se suicidan con cianuro y el fiscal sale con el rabo entre la cola a repartir bendiciones. Los del cartel de la toga esperan monumentos con los condecorados por los falsos positivos, los corruptos del ejército y el ministrico que sigue buscando calzoncillos de colores en los cercos con alambre de púas para equipar a sus soldaditos de plomo, mientras se asesinan líderes sociales, indígenas y campesinos y se incendian nuestros bosques para abrirle espacio a los negocios sucios de los mafiosos que nos gobiernan.

El silencio es casi total. Unos periodistas son asesinados, otros amenazados, los medios amordazados, los dueños del dinero manipulando sus medios y todos tan contentos. El país reclama una clase dirigente que piense más en el bienestar de los colombianos que en su propio beneficio. Es el espacio que debe ocupar la juventud.

Ñapa 1. -Las exalumnas salesianas se unen para colaborar con la compañera Margoth Edith Gónzalez Ospitia que requiere una intervención quirúrgica urgente. Los aportes pueden ser consignados en la cuenta de ahorros del Banco de Colombia No. 422-000272-47. Todas unidas por una buena obra.

Ñapa 2. -Es hora de dejar la palabrería a un lado. Ibagué necesita un gran centro cultural pero no para valorizar predios rurales de allegados. Es hora que el centro administrativo de La Pola vuelva a sus verdaderos dueños, los que lo pagaron dos veces por valorización para que el municipio se lo apropiara para explotarlo comercial y politiqueramente. Es la oportunidad, ahora que cerraron el negocio, de dotar a Ibagué del centro cultural que necesita. Es hora que opinen los responsables del abandono cultural.

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