…Aquí roncando…

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Sobrados de problemas pero carentes de quienes los solucionen o lo intenten. Muchos hablan de ellos según la época y sus intereses. Se logró la unión de los colombianos para luchar contra la corrupción y los responsables de esa lucha la redujeron a palabrería barata por razones lógicas. Serían los primeros afectados. Son quienes se sobran en razones para oponerse a la verdad, a la conciliación y a la paz.

Condenados y procesados aspirantes a las corporaciones públicas reciben el apoyo de sus partidos y las mafias incrementan el poder económico, político y social. Eso ya es normal. Tan normal como el despojo violento de tierra a campesinos e indígenas que incluye el exterminio de estos sin que se vea el esfuerzo del Gobierno por ponerle fin.

Las cárceles siguen siendo antros de degradación humana, como lo fueron Araracuara y Gorgona, y de especialización en el delito. Hacinamiento, mal trato, desatención en salud, tráfico de todo y desprecio por el ser humano sin influencias. Poco esfuerzo por la resocialización. Abandono total de caídos en desgracia que merecerían mejor suerte sino fueran víctimas del deseo de venganza de una sociedad indolente que discrimina por hacerlo.

El problema de la alimentación toca la crisis en el campo. El apoyo oficial no debe ser solo para las grandes empresas o los amigos del poder. Debe ser prestado al pequeño agricultor, víctimas de los intermediarios, que ya ni siquiera tienen el lote de “pan coger” que por lo menos daba para una emergencia y a veces para comprar algo de abarrote.

La emergencia climática y/o la destrucción del medio ambiente no han recibido la atención que merece el futuro de las nuevas generaciones. Las instituciones responsables del tema se entretienen con politiquería y no pocas veces con contratos oscuros. Destacaría en este caso el esfuerzo de Corpoboyacá que logró un acuerdo para que los mayores emisores de gases de efecto invernadero produjeran menos del 2 % del CO2, como lo establece el Acuerdo de París. Un ejemplo a seguir pero que requiere perrenque.

La tala de bosques y la destrucción de los recursos hídricos es normal para el sector oficial. Los bosques de la Amazonía son víctimas del Bolsón brasilero y del fuego sin control y nada pasa.

Sobran problemas cuya solución depende de quienes los padecemos. Unidos, descartando rencores. Unidos, descartando rencores y pensando en la reconciliación y la paz.

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