Pasan los años

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

El sol dio origen a las primeras religiones y estas a las guerras por tierra y por poder. Faraones, reyes, emperadores, zares y papas que con guerras trataban de mantener el poder abusando de sus súbditos, y de paso, las divisiones territoriales y las alianzas entre países por defender sus intereses económicos, convertir el mundo conocido en regiones de esclavos del comercio de los productos monopolizados por los conquistadores, con la complicidad de gobernantes y empresarios indiferentes a la situación de los pobres.

Esta situación, acompañada de corrupción, injusticia, falta de solidaridad, de educación, de salud y desempleo, entre otros, ha dado origen a movimientos de inconformes, unas veces armados, especialmente en América Latina, y otras veces elegidos en las urnas y precedidos de grandes expectativas de cambio, pero ocultando su real intención de perpetuarse en el poder. Ejemplos cercanos: Nicaragua con Daniel Ortega, Bolivia con Evo Morales y Venezuela con Maduro.

Afortunadamente la juventud y los humildes están tomando las riendas de la defensa del derecho de un mejor futuro y a pesar de la desmedida represión no se han dejado atemorizar por los responsables de la situación, ellos son el futuro del país y merecen todo el apoyo.

Quieran los dioses que un futuro similar como el que dejó el último año viejo no se repita. Recibimos un país que estuvo esperanzado en resultados de una lucha contra la corrupción y premiaron a los corruptos. Sin resultados de la prometida lucha contra la injusticia, la pobreza, el sacrificio continuado de líderes sociales, defensores de los Derechos Humanos, de indígenas, la destrucción del medio ambiente, la explotación irresponsable del subsuelo, el abandono del campo y la salud, la falta de apoyo a la investigación y a la educación, la impunidad por las malas acciones de miembros de los servicios de seguridad del Estado, la comercialización irregular de las creencias religiosas y la verdad y la justicia sobre el escándalo de Odebrecht. Grandes compromisos tiene el Gobierno Nacional - si cae en cuenta- y debe afrontarlos con la participación de la ciudadanía, sin mentiras y engaños. Nada de aprovechar los descansos para conseguir más dineros para los que roban dineros del Estado.

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