El rugido del oso siberiano

David Héctor Galeano

Analista Internacional

El 23 de marzo de 1983, el Presidente de los EE.UU., Ronald Reagan, presentó al mundo su famosa propuesta conocida como Strategic Defense Initiative, popularmente recordada como la “Guerra de las Galaxias”.

Básicamente, el Cowboy de la Casa Blanca, pretendía construir un sistema en tierra y espacio, con el fin de defender a los EE.UU. de cualquier ataque nuclear.

Aunque el ambicioso plan no pudo llevarse a cabo, en el imaginario colectivo, se reforzó, por una parte, la debilidad de la URSS y por otra, el inmenso e incontrovertible poderío norteamericano. Cabe destacar, que solamente seis años después, colapsó el infame Muro de Berlín, dejando en evidencia el agotamiento del régimen socialista del este de Europa.

Casi tres décadas después, el líder ruso, anunció al mundo que su país, desarrolló un poder militar jamás visto. Desde misiles de alcance ilimitado, hasta rayos láser, fueron expuestos, al mejor estilo de Hollywood. Fue una exhibición de poder, que ratificó que el gigantesco país Euroasiático, está decidido a abrirse espacios en el escenario internacional, utilizando la amenaza, al mejor estilo de la antigua Unión Soviética.

Entre líneas, en las palabras de Putin, se puede leer un claro mensaje, que envía desde el Kremlin al planeta. Está ofreciendo su “mano amiga” a aquellos países que se sientan vulnerables. Además es un ineludible mensaje intimidatorio, para aquellos países dispuestos a controvertir sus acciones.

Por supuesto, es un recado directo al corazón de los norteamericanos, dándole a entender que hoy Rusia tiene más poder y por lo tanto, será una sociedad muchos más conveniente para cualquier nación.

No cabe duda, que el rugido del oso siberiano, se da en un momento premeditado y fríamente calculado. Los EE.UU., sufren el deterioro institucional más grave de la historia reciente. Su política exterior, no ha logrado encontrar una senda por la cual transitar, lo que se evidencia, en la carencia de un plan estratégico que oriente a la Secretaria de Estado. Para donde se dirige la política exterior de los EE.UU. es hoy un misterio irresoluble.

El escenario se complica más, por las frenéticas salidas en falso de Trump, quien al parecer olvida, que está sentado en la silla de George Washington y al mejor estilo de un teenager precoz, dispara desde su twitter, mensajes irresponsables, en los cuales amenaza desde un bombardeo a Corea del Norte, hasta la aplicación de aranceles a socios estratégicos como Canadá y Europa.

Seguramente, Putin solo estará blofeando ante las cámaras, los rusos jamás han dado un paso para amenazar realmente la seguridad de los EE.UU., sin embargo, la debilidad de Trump, le abrió la oportunidad perfecta para mostrarse a la arena internacional, como poderoso e imbatible.

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