La paz sea contigo… pero conmigo no

David Héctor Galeano

Hasta el momento no he escuchado alguna voz de protesta o rechazo, en contra de la reunión que los líderes coreanos tuvieron en búsqueda de la paz.

La sorpresa fue mayúscula, especialmente por la disposición al diálogo de Kim Jong –un, quien contempló una eventual desnuclearización de su país, ante un escenario de acuerdo y firma de la paz con su homologo Moon Jae-in.

El apoyo generalizado es comprensible. La guerra entre las dos naciones, dejó aproximadamente tres millones y medio de muertos, sumado a que luego de tres años de guerra, no se consiguió la firma de un acuerdo de paz.

De hecho, han sido diversas las confrontaciones entre los dos actores, luego de la suspensión del fuego. Se destaca el 2010, por la dimensión dramática que tomaron las acciones militares. Primero, en el mes de marzo, fue hundida la fragata surcoreana Cheonan, resultando muertos 46 de sus marineros.

Posteriormente, en noviembre, Corea del Norte bombardeó la isla Yeonpyeong ubicada en el mar Amarillo, dejando un saldo de dos muertos y 14 heridos surcoreanos.

No obstante que todavía hay mucho camino por recorrer, debido a que se requiere la activa participación de los EE.UU., China y Rusia, el mundo entero cruza los dedos para que todas las partes logren un acuerdo definitivo. Sin duda, el paso a la desnuclearización de la península, será una de las etapas más complejas de todo el proceso.

En todo este confuso entramado de poder, guerra y paz, el mundo aplaude de pie a Kim Jong–un y a Moon Jae-in.

Por supuesto, los colombianos no fuimos la excepción. Desde todos los sectores, las manifestaciones fueron de total apoyo a los inicios de las conversaciones entre los dos países.

¡Paradoja total!, la nación que tiene liderando en las encuestas al candidato que promete “hacer trizas” los acuerdos de paz y que votó No, en una consulta popular -basada en una campaña tramposa y deshonesta- se regocije por una posible paz definitiva entre las dos Coreas.

Es paradójico que las bondades de la paz no satisfagan a los colombianos. Las estadísticas hablan por sí solas. En los gobiernos de Pastrana y Uribe, el promedio de muertos por causa del conflicto interno llegaba a los 3.000 anuales. En 2017, se redujo a 78. ¡Quieren más! estos resultados no son suficientes.

Impunidad gritan muchos. Sin embargo, Kim Jong–un, se ha caracterizado por violar sistemáticamente los derechos humanos desde 2011, haciéndolo merecedor del castigo más severo por parte de cualquier corte.

Paradójicamente, para el caso de Kim, los colombianos consideran necesario que el mundo tienda su mano de perdón, no obstante, para las Farc, piden a gritos su aniquilación violenta. Por supuesto, una aniquilación que deberán ejecutar los padres, hijos y nietos de los otros, porque en Colombia, desde la iglesia hasta en la política, la paz sea contigo… conmigo no!

Analista Internacional

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