¿Colombia, alfil o peón?

David Héctor Galeano

El presidente Duque ha asumido un particular tono de “liderazgo” frente a la situación venezolana, buscando socavar el régimen de Maduro mediante un “cerco diplomático”.

Su discurso apoyado por un despliegue mediático, lo catapulta ante la opinión pública como un líder, con capacidad de ascendencia y convocatoria.

No obstante, la proyección geopolítica del tema obliga a revisar la verdadera dimensión que Colombia juega en el escenario internacional, sobre lo cual se presenta una interesante dicotomía.

Una primera mirada sobre el proceso arrojaría un resultado muy positivo en materia internacional, sustentado en el posicionamiento del país como líder regional.

Desde la otra orilla, se podría observar como una engañosa trama mediática, autorizada por los EE.UU. para lograr el objetivo de sacar a Maduro de Miraflores, sin sacrificar imagen y costos militares.

En el primer escenario, Colombia se erigiría como un alfil en este complicado entramado, en el segundo, solo un peón de los EE.UU., que no escatimará esfuerzos para obtener sus propósitos, lo que incluye el sacrificio de todas las fichas “desechables” del tablero.

Para dimensionar el tema en toda su extensión, es fundamental definir los actores involucrados y el rol que desempeñan.

Primero el Grupo de Lima, cuyo único propósito es la salida del dictador. No fue concebido como un proceso de cooperación, lo que permite a cualquier miembro asumir la figura de vocero.

Colombia mas que un líder es visto como un instrumento, el país no tiene los recursos materiales ni mucho menos el reconocimiento de sus vecinos, para ejercer liderazgo, lo cual es reforzado por la inexperiencia y nulo recorrido en la arena internacional del presidente Duque

Segundo, los EE.UU., en cuya agenda internacional, América Latina no figura como prioridad. Pocos creen en el discurso que enarbola en favor de la democracia. Es claro, que si a los norteamericanos les importase la democracia, habría suspendido relaciones con el asesino régimen saudí.

Otro actor importante es Rusia, que encontró en Venezuela un aliado estratégico, al abrirle un valioso espacio en una zona geopolíticamente adversa a los intereses de Moscú. Desde la visita de la misilera nuclear Pedro el Grande hasta la reciente estadía de los “Cisnes Blancos” en nuestro país vecino, Putin ha enviado claros mensajes de advertencia a los EE.UU. para frenar la intervención.

Un cuarto actor es China, que concentra sus esfuerzos en la recuperación de los préstamos realizados a las finanzas venezolanas. Difícilmente cualquier gobierno de derecha o izquierda en Venezuela se opondrá a cancelarla.

Por último, los organismos intergubernamentales – OEA y Unión Europea-. cuyo papel es realmente limitado. La primera, anquilosada en la Guerra Fría, con una mínima capacidad de convocatoria. La segunda, enmarcada en su propósito de respetar la libre determinación de los pueblos.

En ese orden de ideas, se puede concluir que Colombia es solo un peón, que tiene todo por perder y nada para ganar en este esfuerzo por derrumbar al dictador. Sin duda, es y será una decisión del pueblo hermano venezolano.

@hgaleanodavid

Analista Internacional

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