¡Claro que sí!, pero…
Sin la menor duda, el secuestro es uno de los crímenes más abominables que pueden cometerse en una sociedad humana. Cualesquiera sean las razones con que se pretenda justificar lo que jamás, en ninguna parte, será justificable. Cuando se trata de hacer de la víctima una mercancía, por el secuestro extorsivo, se está atentando en la forma más vil y execrable contra la dignidad del ser humano, al que se convierte en objeto de repugnante y criminal compraventa; los perpetradores de un secuestro se muestran como los más abyectos y desalmados enemigos de la sociedad.