Tiempos idos en política

Una bella canción de despecho que se oye en todo el país, sobre todo en el Tolima y el Huila, interpretada por el dueto Garzón y Collazos -“Tiempos idos”- describiría también las peripecias de la política colombiana.

En  reclamo de amantes se oye  “… no sé si fue el pecado de quererte tanto lo que me perdió/ o fue tu cruel orgullo el que nos separara con un triste adiós…”. 

La política colombiana está llena de amores y desamores. Laureano Gómez y López Pumarejo, tras  una amistad de juventud, terminaron como enemigos encarnizados a mediados de siglo XX.

El propio Laureno armó una constituyente de amigos que terminaron legitimando el golpe militar que lo sacó del poder encabezado por Rojas Pinilla.

Ministros de Laureano lo fueron  de Rojas  y  del Frente Nacional.

En 2002, Álvaro Uribe logró la presidencia sobre el caballito de criticar el proceso de paz de Andrés Pastrana, a quien le atribuía, injustamente, haberle entregado el país a la guerrilla. Irónicamente, a pesar de que el partido conservador había apoyado todo el proceso, el costo del fracaso no se lo cobraron al conservatismo sino al partido liberal en cabeza de su candidato. 

El pastranismo resultó apoyando a Uribe, de quien el propio Pastrana fue Embajador. Esa alianza se rompió cuando Uribe decidió nombrar a su antiguo jefe político, Ernesto Samper, embajador en París. Pastrana renunció y Samper no pudo posesionarse.

Juan Manuel Santos fue eficiente Ministro de Hacienda de Andrés Pastrana, y brillante y exitoso Ministro de Defensa de Álvaro Uribe. 

Es conocido el distanciamiento prematuro de Uribe de Santos, por el nombramiento de sus contradictores en cargos importantes.

Pastrana había mantenido una posición durísima frente al gobierno de Uribe, a quien acusaba de laxitud frente al paramilitarismo. Es conocida la frase del exmandatario conservador cuando comenzando el gobierno de Santos dijo  que mientras sus ministros eran llamados al gobierno, los de Uribe lo eran a responder  ante los Tribunales.

En declaraciones de esta semana, y por una aparente unión Santos - Samper (separados en momentos decisivos de la política colombiana), Andrés Pastrana ha dicho, ¡vivir para ver!, que hoy está más cerca de Uribe que de Santos y que se opone abiertamente a la reelección del actual mandatario. 

En la política colombiana, con gran facilidad, se pasa del amor al odio, al olvido o al desprecio, como en la canción colombiana, de Francisco Durán Naranjo. El enemigo de ayer es el amigo de hoy. Y viceversa.

Definitivamente, Colombia es un laboratorio inexplorado para cualquier politólogo. Primero, porque como queda claro en este pequeño recuento, siempre aparecen los mismos apellidos, y segundo, porque no se puede planear a más de dos meses pues el escenario cambia con desconcertante facilidad.

¿Quién hubiera podido imaginar apenas hace un año, que Andrés Pastrana fuera el enconado enemigo de quien fuera su Ministro de Finanzas? Muy curioso que la manzana de la discordia siga siendo Ernesto Samper quien un día causó el rompimiento entre Uribe y Pastrana, y ahora lo genera entre este y Santos. Tiempos idos… 

Credito
ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ Exfiscal General de la Nación

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