Los hombres pasan las instituciones quedan

Camilo González Pacheco

Pocas veces como ahora, se entiende el significado de aquel aforismo según el cual no resulta acertado confundir las personas con las instituciones. En efecto, está seriamente cuestionado un ex Presidente de la Corte Constitucional, por presuntas conductas delictivas, lo que en ningún momento significa que dicha institución esté herida de muerte en el cumplimiento de sus funciones constitucionales. Al contrario, el país le debe mucho en la consolidación del Estado Social de Derecho y en progresos de democracia real a dicha Corte, que históricamente está comprobado ha cumplido con eficiencia y eficacia la misión constitucional de guardar la integridad y supremacía de la Constitución.

Pero, el cuestionamiento a las instituciones no sólo toca a la alta Corte sino también, a la joya de la Corona de la Constitución de 1991, o sea, la Acción de Tutela, la cual está siendo cuestionada – a partir de los hechos de corrupción ya conocidos- por enemigos acérrimos de dicho mecanismos de protección inmediata de derechos constitucionales fundamentales vulnerados o amenazados, que han buscado, y persisten en su propósito, de limitarle y quitarle dientes en su papel de protección. En este caso se juntaron el hambre y las ganas de comer, como dice un viejo refrán propio de nuestras sabias abuelas.

Sin embargo, a mediano y largo plazo, éste penoso incidente que padece la Corte Constitucional y la Tutela, a la sombra, permitirá el fortalecimiento institucional tanto de la Corte como de la Tutela. Por una parte, eleva ante la opinión pública la calidad de verdadero jurista que debe tener la persona elegida para ser parte de la Corte Constitucional, evitando que el Senado dentro de los ternados elija al menos idóneo, pero si al más corrupto y manzanillo. Por otro lado, fortalece la Acción de Tutela, para evitar precisamente que magistrados corruptos, negocien para ser seleccionada y revisada por la Corte Constitucional. En este sentido, la medida tomada hace pocas horas de hacer cada vez más público y transparente el proceso de selección de Tutelas para revisión, incorporando a la Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo en esa decisión, constituye un avance trascendental en esa materia, o sea, que los resultados que hasta ahora arrojan los bochornosos hechos realizados por el ex Presidente de la Corte Constitucional, en lugar de deteriorar las funciones de la Corte, las precisan y consolidan. Obvio, que la imagen en opinión pública de la Corte ha sufrido un duro revés, que como todos esos asuntos de opinión en estas esferas, son transitorios. Afortunadamente.

Difícil imaginar a Colombia en el futuro sin Corte Constitucional y sin Acción de Tutela, o cercadas y limitadas en sus funciones misionales.

Esa ilusión de la extrema derecha guerrerista colombiana no tiene futuro. Lo que se avizora es menos guerra y más paz. Más democracia, goce y disfrute de derechos fundamentales. En ese avance la Corte Constitucional y la Acción de Tutela son imprescindibles. Enhorabuena.

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