El abrazo de la serpiente

Camilo González Pacheco

A Maquiavelo le atribuyen la autoría del aforismo, “el fin justifica los medios” como norma de conducta para alcanzar victorias en asuntos relacionados con el poder y la política.

Para quienes se mueven en la actividad política, bajo los preceptos conceptuales y éticos del humanismo y la democracia, ese presunto dicho maquiavélico no tiene asidero alguno en su prédica. Al contrario, se afirma la máxima según la cual, los medios son en sí mismos un fin.

Pues bien, en terrenos nacionales y parroquiales, muchos avezados políticos consideran viable aliarse –sin previas identidades conceptuales- hasta con el perro y el gato para ganar las elecciones. Los demócratas de verdad, realizan pactos y acuerdos electorales alrededor de propuestas programáticas.

Valga la anterior acotación para efectos de analizar el encuentro causal del pasado fin de semana entre los candidatos a la Alcaldía de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo y Pompilio Avendaño de la U, que políticamente son –según dicho de las abuelas- como el agua y el aceite.

Expresan ante la opinión pública tolimense, extremos del tradicional actuar político regional: y ahí radica su importancia. Dicha polarización, es por demás sana democráticamente. Los ibaguereños pueden escoger estilos bien diferenciados de eventual gobierno. Guillermo Alfonso, ubicado conceptualmente en la socialdemocracia.

Pompilio –con todo respeto- sin ideología conocida, salvo en los periodos donde presumiblemente abrevó en las fuentes ideológicas de su aliado el exsenador Juan Carlos Martínez (y otros prohombres del Norte del Valle), y cuya fortaleza electoral parece radicar exclusivamente en un poderoso músculo económico y financiero, obvio sin doctrina alguna, pero con gran visión empresarial, o sea, negocios, negocios y más negocios.

Y se pueden avizorar desde la Alcaldía de Ibagué, buenos negocios: Ibal, (privatizarlo), fotomultas (consolidarlo) contratos de infraestructura (con cartel de contratistas asociados), para hablar solo de algunos relevantes.

Quizás por ello, asombró la foto publicada por EL NUEVO DÍA y la Revista elolfato.com en la que se registra a Guillermo Alfonso junto a Pompilio, en un evento proselitista el fin de semana. Esa foto espanta.

Sobre todo, por la inexistencia de una base común, tanto conceptual como programática, que justifique una eventual alianza entre dichos personajes. Imposible imaginar a Guillermo Alfonso oficiando en los cuadros directivos de la campaña o del gabinete de Pompilio e inverosímil lo contrario: Pompilio en los cuadros directivos de campaña y de gobierno de Guillermo Alfonso.

El filósofo Rubén Blades, ha enseñado: la vida te da sorpresas. De ahí, la importancia de un pronunciamiento expreso de Guillermo Alfonso en relación con las bases sobre las cuales podría construir alianzas electorales para impulsar su candidatura. En esto de las alianzas políticas, existen abrazos que matan.

Dentro de ellos el del ofidio registrado en el título tomado del nombre del espectacular largometraje de Ciro Guerra. El fin no justifica los medios.

los corruptos, clientelistas y politiqueros de siempre no caben en un nuevo esquema gubernativo de cambio y desarrollo integral para Ibagué. Ojalá Guillermo Alfonso, así lo entienda.

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