El primer paso

Camilo González Pacheco

Hace muchos años, los maoístas de todo el mundo soñaban construir una sociedad comunista mundial, y acostumbraban citar con frecuencia una frase de Mao, reafirmando la esperanza de la conquista del poder, pronunciada al iniciar la Larga Marcha, y más o menos, significaba que todo prolongado camino se inicia, con “el primer paso”.

Tiempo después, expertos historiadores del marxismo leninismo concluyeron que la frase no era de Mao sino de Lao Tsé: “El camino de mil li (“li” es una unidad de longitud tradicional china que vendrían a ser hoy medio kilómetro) se comienza por un paso”. Y la de Mao, era: “Triunfar en todo el país es sólo el primer paso de una larga marcha de diez mil li”. Este primer paso maoista mucho tenía que ver con conflicto y guerra.

Lo anterior, para resaltar que de nuevo la frase relacionada con un “primer paso” está en el orden del día en nuestro entorno patrio, y medios de comunicación internacional. La pronuncia el papa Francisco, para espantar la guerra y el odio e impulsar la convivencia en Colombia: “Demos el primer paso, para alcanzar la reconciliación y la paz”. Y apoyar de frente, los procesos que conduzcan a una “paz auténtica y duradera”, en Colombia. Y otro paso: evidenciar que la paz está ligada a la justicia social. Uno más: mientras se profundice la democracia, “en la Colombia profunda” se avanza en la construcción de una sociedad igualitaria y renovada. Otro paso rápido: la politiquería y la corrupción constituyen una peste que hemos de superar. Un paso más: no podemos dejarnos robar ni la alegría ni la esperanza y debemos avanzar sin miedo al futuro.

Las proclamas y oraciones anteriores las pronunció el papa Francisco en su visita a Bogotá, dentro de eventos multitudinarios de diálogo con la gente -quizá los más concurridos en la historia de la capital- hecho trascendental que dará mucho para hablar cotidianamente, debatir políticamente, y sobre todo, aprender en alcanzar mayores niveles de convivencia y tolerancia.

La Paz como objetivo humanista y cristiano sale coyunturalmente fortalecida con la bendición de Francisco. Mucho más, teniendo en cuenta los Acuerdos con el ELN, honrando su visita, para implementar una tregua que va por buen camino. Todo lo anterior, a partir de un buen primer paso, como decía Lao Tsé (para finalizar tal como empezamos esta columna), pueden terminar en un robusto árbol que “nació de un germen fino como un pelo” o culminar en una elevada terraza que “comenzó por un montoncito de tierra”. Francisco dio un extraordinario primer paso de esperanza y paz para Colombia. Felizmente.

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