La primera vuelta

Camilo González Pacheco

La sana y necesaria polarización, entre derecha e izquierda en el país, así para algunos politólogos estas referencias sean obsoletas, ha conducido a gran parte de la dirigencia política nacional, a reacomodar su estrategia electoral, orientado a un objetivo preciso: ganar las elecciones presidenciales en la primera vuelta.

Bajo esta proyección estratégica, podemos entender en toda su dimensión las decisiones tomadas en estos días por Humberto de la Calle y Marta Lucía Ramírez, de alejarse de las colectividades, roja y azul, y armar su propia dinámica electoral, por fuera de los partidos políticos donde han militado.

La derecha, con la elección de Santos, comprobó que la franja de izquierda democrática se convierte en decisoria en la segunda vuelta, y parece no estar dispuesta a correr el mismo albur en las próximas elecciones presidenciales. La derecha pierde en mover corriente de opinión en la segunda vuelta.

De ahí, que la consigna, es ganar en la primera vuelta. Y han dado, unos primeros pasos, muy fuertes y sonoros. Arrancaron bien: Uribe, Pastrana y Marta Lucía Ramírez, constituyen desde ya una alianza con buen peso electoral. Una eventual alianza con Vargas Lleras les podría dar cálculos favorables para ganar de entrada.

Por el lado de la minoritaria izquierda democrática, se encuentra la ilusión, pero aún no la acción unitaria. Mucho cacique poco indio, como se enseña por estos lares, oteando el horizonte electoral. Y, demasiado canibalismo en el sótano de los partiditos de izquierda. Por ello, los Verdes en la elección de su candidatura presidencial han dado ejemplo histórico de pluralismo y democracia que se debe aprender y repetir. Su aporte en la unidad de la franja democrática es imprescindible.

Sobre todo, para avanzar en dos temas trascendentales: el programa y las reglas del juego. En el primer escenario, los ejes, ventilados hasta ahora: paz, corrupción, cambio. En el segundo: crear, innovar salidas de consenso, pero rápidas. Aunque desde ya se vaticina que la polarización, a partir de la izquierda, debe plantearse indiscutiblemente alrededor de los temas sociales y de manera puntual, entre otros temas, los referidos a reforma agraria, salud, educación, empleo. Es decir, en concreto, al modelo de Estado y Desarrollo.

Lo que sí está quedando en evidencia, es que los partidos no decidirán como organizaciones políticas el futuro cercano del país. Primarán los candidatos y sus alianzas sobre los partidos. De ahí, lo interesante de la evolución en el proceso electoral para Presidencia de la República, teniendo en cuenta la previa jornada electoral de elección parlamentaria.

La derecha se la juega por la primera vuelta, la izquierda por la segunda. Gana la democracia en cualquiera de los dos eventos.

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