Sí, a la Ley seca

Camilo González Pacheco

El presidente Santos acaba de realizar por Twitter una encuesta por demás inútil, para indagar sobre la viabilidad de levantar la ley seca el fin de semana en que se realizan las elecciones. Se presume que el Presidente de la República pretende bajar índices de violencia en esos días. En cinco horas, comentan en Palacio, participaron más de 35.000 personas en el sondeo.

La idea de acudir a las redes sociales para definir este tipo de asuntos, no sólo es equivocada sino ociosa. En este tipo de diagnósticos y definiciones de políticas públicas relacionadas con Seguridad Ciudadana, más que auscultar la opinión serena de ciudadanos de bien, un tanto desocupados, se debe acudir a las cifras actualizadas sobre violencia y criminalidad de los organismos estatales competentes, para estos efectos, en especial Medicina Legal, Policía Nacional, Alcaldías y Centros Académicos especializados sobre el asunto.

La Ley seca, hace parte de leyes y decretos inoficiosos, superados por las realidades políticas y sociales contemporáneas. Promulgada en medio de la bárbara época del sectarismo bipartidista, cuando un grito de viva, a los ahora insepultos partidos liberal y conservador, eran contestados con un machetazo o un balazo por ignaros e imbéciles compatriotas en medio de una estupidez y fanatismo inimaginable. Hoy ya casi nadie se muere por gritar un abajo o un viva a un partido político, o por vestir una camisa o corbato azul o roja.

En la actualidad, los crímenes políticos se realizan contra objetivos determinados a partir, de estructuras criminales organizadas, y ya los asesinos no huyen después de cometer el crimen, como antaño, a caballo o en mula, sino en carros y motos de alta gama. Son otros tiempos. Ahora, se asesinan en serie líderes sociales, y sobre todo campesinos, -como siempre - que encabezan luchas de justicia y equidad. Y, dirigentes políticos que impulsan procesos de cambios sociales y políticos, de tipo estructural.

Por ello, las medias estatales orientadas a la defensa de la vida e integridad personal, se deben de tomar a partir de datos, indicadores y cifras de violencia y criminalidad. En este sentido, el día de elecciones no es el más violento del año en Colombia. De acuerdo con las estadísticas, el día más violento del país, es el Día de las Madres. Lo siguen otros, por ejemplo, asociados con los campeonatos de fútbol. Pero no registra el día de elecciones.

Por lo tanto, sí conviene aplicar la Ley seca, pero para el Día de las Madres y los finales de los torneos nacionales de fútbol. Ahí tiene Santos, que centrar la iniciativa legislativa. Y no perder tiempo, a estas alturas, en consultas baladíes.

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