Eminentísimos columnistas y demócratas colombianos, con el cuento bobo de no polarizar más políticamente el país, reclaman a la izquierda en esta época electoral mesura y buen comportamiento, en sus análisis y propuestas de cambio.
A la derecha poco le exigen. Se reclaman entonces, de “centro” con muchos eufemismos; el último y más rimbombante de “centro no polarizante”. Soslayan, ante las elecciones, la realidad económica y social existente en el país.
Creen vivir en Dinamarca y no en Cundinamarca, o sea, en una sociedad desarrollada e igualitaria, donde el centro juega papel fundamental en el ejercicio político, precisamente porque a diferencia de Cundinamarca, por allá no existen los niveles de pobreza, inequidad, desarraigo y violencia que imperan por acá en Colombia.
Para la muestra algunos botones, que destruyen este dulce discurso que superpone la polarización electoral sobre la social:
• Según la Cepal Colombia es el segundo país más desigual en la distribución del ingreso en la región. El 1% más rico de la población concentra el 20% del ingreso.
• En relación con la propiedad de la tierra 2.300 personas tienen el 53.5 por ciento (43.928.305 hectáreas) de la tierra aprovechable.
• El 45% del área agropecuaria, está en ganadería extensiva con muy baja productividad.
• Colombia es uno de los países con mayor número de desplazados en el mundo. Cuenta con más de siete millones de personas desplazadas.
• Los desempleados a nivel nacional ya van casi por los tres millones.
• Las tres personas más ricas de Colombia, tienen una fortuna que equivale al 11.3 por ciento del PIB. Mientras la fortuna de las cinco personas más adineradas de EE.UU. equivale al 2.1 del PIB.
• En el sector financiero, la concentración de la riqueza es semejante, pues 2.681 clientes tienen el 58.6 por ciento de todos los depósitos bancarios del país (185 billones de pesos). Los otros 44.6 millones de cuentahabientes tienen solo el 2.4 por ciento de todos los depósitos (7.6 billones de pesos).
La polarización en Colombia, es ante todo social y estructural. La electoral es un reflejo. Las estadísticas así lo demuestran. La derecha busca mantener intacto ese orden social, económico y político injusto y corrupto. La izquierda desde siempre ha propuesto cambios para democratizar el poder, la riqueza y hacer efectivo el disfrute de los derechos fundamentales de las mayorías sociales. Por lo tanto, el reto histórico de la izquierda es transformar la sociedad, así de sencillo, sin dudas ni tapujos en sus formulaciones.
El próximo domingo se votará por la izquierda o la derecha: el cambio o el statu quo. Decida conscientemente, sin falsos miedos ni temores. El lobo del cuento no es el discurso, es la cruda realidad.
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