La paja en el ojo ajeno

Camilo González Pacheco

Venezuela y Maduro se han convertido en la más eficiente cortina de humo, que ha utilizado la clase dirigente colombiana, para soslayar los temas claves de preocupación nacional. Meros distractores. Hasta Pachito Santos, en sus destempladas y delirantes intervenciones, no descartó declararle la guerra al hermano país. ¡Qué loquito!. De amarrar.

Sin embargo la estrategia distractora ha continuado. En las últimas semanas el asunto ha sido eje central de varias intervenciones del Presidente Duque, muy preocupado por el futuro político de Venezuela, más que por la inequidad social y violencia que campean peligrosamente en nuestra geografía nacional.

Pero, llegó una pausa, por cuanto los últimos acontecimientos ubican al gobierno de Maduro, dentro de una dinámica bélica de estrategia a corto y largo plazo enmarcada dentro de la geopolítica internacional, donde juegan esencialmente EE.UU., Rusia y China. Colombia en ese supuesto escenario bélico no tiene aliento para chistar nada. Ni siquiera para decir pío.

Y el material bélico recibido por Venezuela de Rusia, de seguro, no es para amenazar a la indefensa Colombia, sino para mostrarle los dientes a Trump, que planteó hace algunos meses, intervención militar directa en nuestro vecino país. Los dos bombarderos que acaban de llegar de Rusia, nada más ni nada menos, que los supersónicos “Cisne Blanco” Tupolev 160 para ataques convencionales o nucleares, no fueron adquiridos para amenazar a Riohacha, Cúcuta o Bucaramanga, como parecen sugerirlo a menudo, de manera torticera, el Presidente eterno, el actual, la bancada parlamentaria aliada, con su dinámico y permanente comité de aplausos.

Los grandes problemas actuales de Colombia son internos, económicos y sociales. No externos, ni diplomáticos. No nos desubiquemos. El Presidente Duque, tiene el reto de parar, urgente e inmediatamente, la violencia asesina contra líderes del sector comunal, de los resguardos indígenas, campesinado, comunidades afro descendientes y sector ambiental.

Las denuncias de la Organización Nacional Indígena, espantan: en cuatro meses han sido asesinados 36 indígenas. Igualmente, asustan las aportadas por Organizaciones Defensoras de Derechos Humanos: en este año van 1.085 agresiones contra defensores de derechos humanos, y también horroriza el dato sobre el número de líderes asesinados en el primer semestre de 2018: 77.

En conclusión, el principal problema para el Presidente Duque, de defensa de derechos humanos y de búsqueda de equidad social, no está en Venezuela, sino en Colombia. Convendría que el Presidente Duque, practicante católico de misa dominical, recordara a menudo a Lucas 6, 41,42: “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?. Sabía reflexión. Y muy oportuna.

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