Aferrados al puesto

Camilo González Pacheco

En este país muchos altos funcionarios no conocen lo que es tener dignidad. Eso de asumir responsabilidades políticas, por los grandes desaciertos cometidos en ejercicio de funciones, no va por estos lares. Se ve en otras lejanías, por ejemplo, en Inglaterra con el Brexit, que ya costó la cabeza a dos primeros ministros.

En nuestro país, funcionarios gravemente cuestionados se aferran a sus cargos, y dan la pelea a muerte, para no dejarse sacar de ellos. Es paradigmático el caso del exprocurador Ordóñez, que usó la Procuraduría para oponerse a los derechos de las minorías. Perseguir con sanciones desmesuradas a sus opositores políticos. Congraciarse con sus copartidarios a través de jugosas cuotas burocráticas. Y hacer uso, a pesar de estar a la cabeza de uno de los órganos encargado de perseguir la corrupción, del nefasto precedente de “yo te elijo, tú me eliges”. Solo una sentencia del Consejo de Estado pudo removerlo, desaferrarlo, de sus amañadas funciones.

Ni hablar del Ministro de Hacienda. Por haber sido Ministro en esa misma cartera, conocía más que nadie la situación fiscal del país y de sus municipios. No obstante, realizó un negociado con los famosos bonos de agua, para supuestamente proveer a algunos municipios de acueductos. El resultado fue que en la gran mayoría no se realizaron las obras. Quedaron con una inmensa deuda y pagando altísimos intereses, por muchos años. Obvio, el señor Carrasquilla y sus empresas, ganaron un buen dinero. Pero, según ellos, no hubo ninguna indelicadeza, ni ningún abuso. Simplemente el señor Ministro hizo un negocio. Porqué razón iba a salir del cargo?. Se preguntan, con perversa ingenuidad muchos de sus áulicos.

Otro caso es el del exfiscal General de la Nación, que al igual que su colega del Ministerio de Hacienda, fue sometido a intensos debates en el Congreso por sus inhabilidades e incompatibilidades. Pero al igual que aquel, con el mayor de los cinismos, se sostuvo, con el apoyo del partido de gobierno, hasta que encontró una muy mala disculpa para por fin irse del ente investigador. Pésima coartada, porque adujo la ruptura del Estado de Derecho por parte de la JEP, por cuanto dicho tribunal, decidió no extraditar a Santrich. Pero se rasgó las vestiduras antes de tiempo, en tanto la supuesta agresión al Estado de Derecho, aún no se había producido, dado que la providencia no estaba en firme. Aún no se ha pronunciado la segunda instancia.

Y finalmente, encontramos al General Nicasio Martínez, quien a pesar de estar severamente cuestionado por los mal llamados falsos positivos, que en realidad son crímenes de guerra, fue ascendido a General de cuatro soles. !No pierden una!.

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